Barna, 26 mayo de 1824
Mis queridos hijos: por medio de la diligencia y cuidado del amigo Mr. Miguel, supimos el estado de la enfermedad de vuestro di[funto] padre , mi amigo (qe. al cielo descanse). Quasi todos los días y [con] las últimas noticias temimos de su fallecim[en]to, lo que nos tubo con el mayor cuidado y muy particularm[en]te hasta que supimos vuestro regreso en essa y siempre temí el fatal golpe.
Nos queda el consuelo de saber que recibió los SS. Sacram[en]tos, el único que podemos esperar en nuestros postreros días y Dios nos los dilate para rogar por su alma, qe. al cielo veamos.
Nos alegraremos que Miguel se restablezca en su perfeta salud y que unos y otros os cuidéis, que es lo qe. importa después de tantos tropiezos.
Vuestro P. Fran[cis]co Roig