Bar[celo]na, 15 abril 1826
Mi querido Miguel: el platero, después de idas y bueltas, al último dixo que no podía saber de tres o quatro topacios qe. tenía qual era el que quieres, porque, junto con otros, lo había entregado ya para guarnecerlo, que había de ser uno de aquellos y que si tú lo conocías te los remitiría todos para escogerlo y quedamos que te lo escribiría antes y sabría tu respuesta. Dirás a Fran[cisqui]ta qe. su madre dice que ahora es el tiempo de hacer las granas y qe. verá de hallar más y se las [remitirá].
Dirás a Gelabert que no creo que Mn. Miguel al presente tubiese vale r[ea]l alguno, que años atrás tenía uno de 300 p[eso]s, que no sé de qué creación, pero que seguram[en]te lo reduxo a efectivo, porque jamás le ohí ablar de tal vale, solo si algunas veces, y en la última que nos vimos, de qe. # pagarés de intereses que quería cambiarlo y creo que no lo hizo porque yo le dixe que no sacaría quasi nada. De réditos y otras cosas que le atañesen, solo sé qe. decía que aun había de cobrar de Fabrici en Marsella alguna resta dimanada de una partida de tapones qe. en sociedad años atrás habían comprado. Que acredita de Carreras de Amer un laudemio, sobre el qual pendía pleito en esta Audiencia. Que un carramatero le tenía firmado un devitorio de no sé quantos duros y me parece decía que era un poder de Carlos Prat Planas, del qual no podía arrencarlo. Que uno que antes era panedero de esa le devía una cantidad de duros procedentes de #na qe. al fiado le vendió su dependiente Miguel, criado de casa Xandrí; y últimam[en]te que Luis Ros, carpintero de esa le adeudaba dinero prestado y otro procedente de granos que en sociedad habían comprado. Esto es lo qe. solam[en]te sé de oídas del mismo. M[emoria]s a Fran[cisqui]ta y # los nietos,
Tu padre Fran[cis]co Roig y Silvestre