Mi muy estimada esposa: confirmo mi anterior de 1º del corr[ien]te, en la que havrás visto que tanto Xavier como yo disfrutamos buena salud, a D[io]s g[racia]s, deseando que con los demás hijos disfrutes igual beneficio. Esta mañana he ido en casa la Mariquita y me han enseñado los muebles y demás que ha quedado, es decir, sillas, colchones, calaixeras, mesas, etc. También parece que saldrá algo de la roba de Ginesta de taula, cortina de Dumas y dos cuviertos de plata. En quanto al anillo de rueda de diamantes, he visto un papel que habla de él, pero, como es rasgado, no puede decirse nada, aunque quiere significar que está vendido, pero como era un recivo que hacía la mamay al comprador, del que havía sacado cinco onças, pero no entiendo cómo el recivo, que devía guardar el comprador, lo tiene mamay en su poder. En fin, sea lo que fuera, sobre todo no incomodarse para nada. Hoy he escrito hasta ahora que son las ocho de la noche y lo he dejado todo para escrivirte la presente, que deve marchar a las nueve a la diligencia. He visto el testamento de la mamay, el del papay, pero el de Antonet todavía no lo he visto por no haver encontrado al nott[ario] en casa, pero lo veré mañana con el favor de Dios. Yo no pierdo diligencia que considere útil y trabajo mucho, pues tengo esperanza de que sacaré algún provecho.
Xavier ha comido conmigo en casa Dn. Gayetano, donde estimaré me dirigas las cartas. Está muy bueno y lleva el pelo a la inglesa y un poco de vigote, como los lechug[u]inos. Tiene mucha gana a comer y hoy, te aseguro, que esta mañana tenía color y, por la tarde, también, deseando no caviles más sobre el particular. Envíame una nota de lo que quieras que te compre, pues luego que pueda despacharme vendré a darte un abrazo. Recive de parte de Xavier las más affas. espes., igualmente de Dn. Gayetano y Dª Carmen y, de mi parte, a todos mis estimados hijos, quedando siempre a tu disposición. Tu apdo. esposo que de corazón te estima,
Miguel Rosés
[P.D.]: No tengo tiempo para más.