Mi muy estimada Fran[cisqui]ta: he recivido tu muy estimada de 2 del corr[ien]te en la que veo que, junto con toda la familia, disfrutas salud conpleta como nosotros, con Xavier, a D[io]s g[racia]s. Te participo que hoy me he levantado a las seys de la mañana para hacer diligencias y todas han sido infructuosas para lo que yo quería, pues han tenido todos los elementos para arreglar las cosas a medida de su gusto. No hay más que arreglar lo que se pueda y tomar paciencia. Yo llevo la cosa con mucha política, sin que me conoscan el menor resentimiento, pues todo lo que se haría al contrario sería darles más sevo y, por consiguiente, más satisfación. Con todo, algo quedará y lo que quede siempre serán trovas a los que nada esperávamos. Siento no haver podido cumplir la promesa que te havía echo de enviarte la lista de lo que se ha encontrado, por haverme faltado el tiempo a causa de los funerales y misas que hemos asistido, donde me ha sido preciso hacer el gegant, lo que me era indispensable, y mañana, que no tendré tanta ocupación, te enviaré la prometida lista, donde verás que se ha encontrado más de lo que presumías, tengo que te parecerán imposibles, pero algo havrá y vale más algo que nada. Xavier está muy bueno y alegre. Te saluda con las más afectuosas espes., igualmente que Dª Carmen, Dn. Gayetano, etc., que me tratan muy bien y todos los días comemos juntos con Xavier. Un abraso de mi parte a Manuela y un beso a los demás hijos y tú dispón lo que gustes de este tu apasionado esposo que de todo corazón te estima,
Miguel Rosés y Roger