Madrid, 22 mayo 1841
Mi q[ueri]do Fran[cis]co: hoy escribo a tu padre, que lo hizo a mi, afligido por vuestros sucesos de familia, en los cuales es comprometido mezclarse. Le digo que jamás podré aprobar tu conducta y te lo repito a ti, porque aun cuando tengas razón, lo que no te debías tener todas las consideraciones a un padre que es padre y qe. te ha dado tantas pruebas de serlo. Si algo puedo, sin embargo, endulzar tu decisión tendré un placer en conseguirlo y una vanagloria en saber que te has calmado, que le has ido a buscar, lo cual sería mirado siempre por los hombres sensatos como un paso noble y de un buen hijo. Deseo qe. olvides resentim[ien]tos anteriores y que recuerdes que tienes una obligación y obligación sagrada de tener su felicidad y que has de haber afligido mucho a tu buena madre y que pesaría sobre ti la tremenda responsabilidad de acortar su vida, ¿Puedo esperar que así lo hagas?
Surrá es ministro de hacienda y esa prov[inci]a puede tener en ello una vanagloria. Es necesario que todos los amigos trabajen p[ar]a su reelección a qe. está sujeto por ese nuevo cargo. Es el dip[uta]do que tiene esa prov[inci]a, los demás son bien poca cosa. González, de Estado y presid[en]te; S. Mig[ue]l de Guerra; Canba, de Marina; Infante, de Gober[nació]n; y Alonso de G[raci]a y J[ustici]a. Este ministerio aquí no ha gustado generalm[en]te y yo sentiré que se desgracie por los amigos que tengo en él. No me atrevo aun a fijar mi opinión hasta ver su marcha, qe. ella es la que decidirá de su duración.
Mem[oria]s a los amigos y manda lo qe. gustes a tu primo,
Pepe
[NOTA]: Cont[esta]da en 2 junio