Perelada, 26 avril de 1812
Querida esposa de mi corazón: no habiendo aquí tantas proporciones como en Castellón, embío ésta a mi padre para que por la primera que encuentre la remita. Por causa del grande viento, que ha hecho hasta ahora, no pude recibir hasta el 23 del corriente tu carta del 17 junto con la camisa y demás cosas, y igualmente la maldita tramontana nos ha impedido nuestra ida a la montaña, pero ahora parece se ha mejorado el tiempo y así contamos irnos allí mañana a tomar la leche algunos días. El otro día estando en Castellón recibí la tuya, que me dirigiste por el conducto de mi padre. En ella vi que mamá iba restableciéndose y que habían tenido noticias de papá, de lo que me alegro infinito. Dime fixamente quando piensa marchar mamá, pues como mi compañero le ofreció acompañarla, si esto fuera pronto, vendríamos antes de lo proyectado, para que mi compañero pudiese cumplir lo que le ofreció, aunque no le es posible volver a Gerona antes de quince días, por tener que arreglar todavía cosas de su patrimonio. Y así él me encarga que te diga que si mamá tiene intención de marchar antes de esos quince días, que por él no se detenga, ni haga más ni menos, pues él ya se irá después solo y, por consiguiente, escríbeme tan pronto como puedas el día que hace ánimo de marchar. Nosotros pensamos restituirnos a casa por la Pasqua del Espíritu Santo, que es algunos días antes del Corpus. Yo por ahora estoy bueno y tengo mucha gana de comer y el médico Constantí, que tiene mucha fama de hábil, me hace tomar todas las mañanas y tardes dos dedos de zumo de algunas yerbas machacadas, lo que me prueba muy bien. Procura divertirte y mantenerte buena. Saluda con particularidad a mamá y demás de casa y dispón del verdadero cariño de tu amante esposo, que te quiere de veras.
Narciso de Burgués.