EPICAT

Fitxa de la carta

De Narcís de Burguès i de Guàrdia a Jaume Burguès i de Guàrdia

Remitent
Burguès i de Guàrdia, Narcís de
Destinatari
Burguès i de Guàrdia, Jaume
Data
29 de novembre de 1823
Origen
Girona
Destí
Bourges
Idioma
Castellà
Tema
Conducta
Temàtiques
carrera militar, conflictivitat familiar, exili, fets polítics, germans, matrimoni, presons, relacions pares-fills
Parentiu remitent - destinatari
germà germà
Epistolari
Epistolari de la família Burguès
Fons
Fons Sambola-Burguès
Signatura
BC, Fons Sambola-Burguès, Correspondència, 27/5
Suport
Paper
Nombre de fulls
1
Mides
Foli plegat (21 x 30 cm)
Descripció física
Còpia o esborrany
Autoria de la fitxa
Javier Antón

Gerona, 29 nov[iembr]e 1823

Copia de la contextación a las 4 cartas de mi herm[an]o de 27 7bre, 1º oct[ubr]e, 24 idem y 12 nov[iembr]e 1823

Mi muy amado herm[an]o: a pesar de un fuerte resfriado que me tiene en cama algunos días hace, no quiero privarme del gusto de contextar a tu apreciada del 12 del que rige, que he recibido antes_de_ayer, cuya contextación podrá también servir para todo quanto me dices en las tuyas de 27 7bre, 1ro oct[ubr]e y 24 del mismo, las dos primeras de f[ec]ha del hosp[ita]l de Perpiñán y la otra de Ruán, que recibí a su debido tiempo. Tu extrañas con razón mi silencio, pero he creído más oportuno esperar a contextarte quando hubieses ido yendo a tu depósito. Ahora, pues, que me anuncias tu llegada, voy a hacerte la relación de tus escritos, bien que el tiempo y las circunstancias han mudado tanto que ya no te hablaré el mismo lenguage que te hubiera hablado al principio. Si me hubieras consultado antes, te hubiera puesto a la vista una infinidad de reflexiones, sobre todo que era una locura el casarte en un momento en que ibas a salir para una expedición que no podía menos de ser desgraciada, y en una época en que dando ya las últimas boqueadas el sistema constitucional, podíais ya entrever la infeliz suerte que os esperaba. En fin, fue uno de tus acostumbrados enredos y ligerezas con las que has hecho infeliz a una excelente muchacha, digna de mejor suerte. Ya está hecho y sólo te deseo toda suerte de felicidades. La noticia de tu enlace se extendió luego por todo Gerona, y tanto los de Grifa como todos los demás lo supieron al momento. Tu suegro lo participó a tu padre, y aunque es verdad que por un efecto de la sorpresa que le causó todo esto, le escribió desentendiéndose de un asunto en que no se le havía contado para nada, ni pedido su consentimiento, sin embargo, esto no debe ya inquietarte, pues estamos en correspondencia con tu suegro y Carmen, la que me ha escrito unos carta renglones a los que no he podido contextar a causa de mi impertinente resfriado, que no puedo sacarme de encima, pero lo haré luego que pueda. En quanto a lo que me dices sobre la ida a esa de tu esposa, ya he escrito a tu suegro lo que me parece debe hacerse sobre el particular, pues estando ya acabada la guerra, es regular que el rey decida pronto sobre la suerte de los prisioneros, a más de que tal vez la Francia no querrá ya mantenerlos, por lo tanto, estando ya próximo el momento de volver a entrar a tu patria, ¿no sería una locura el exponer a una joven a un viage tan largo y en la rigurosa estación del invierno? ¿No es mejor que espere al lado de su padre el momento de tu llegada? Este es a·lo·menos el consejo que yo te doy sobre el particular para tu bien y el suyo. Tampoco juzgo oportuno el que se venga aquí en casa. Para ello tengo varias razones: la primera, por el mal estado de la casa, pues estando ella, no es regular que pasemos con la estrechez que ahora; la segunda, porque sería muy fácil que se turbase la armonía, pues en una casa en donde hay 3 mugeres, inclusa la vieja, y un amo algo demente, es difícil de conservar siempre la unión, y tal vez en uno de aquellos días de mal humor, inseparables de la humana flaqueza, tu Carmen podría tener algo que sentir, sin tener a su lado un esposo que le sirviese de apoyo; la tercera, porque tampoco hay aquí donde meterla con tantos alojamientos dobles y triples muchas veces. Tu me dices que serás dócil a mis consejos. Estos son pues los únicos que puedo darte sobre esto. ¡Ojalá me los hubieses pedido siempre, no sólo por los asuntos de Grifa, sino también por tus opiniones democráticas y por tu casamiento! ¡A buen seguro que ahora serías más feliz! Siento infinito no poder complacerte en enviarte el recibo que me pides, pues como desde el principio juzgué que este enredo era muy delicado y espinoso al paso que mezquino e indecoroso, quise consultarlo antes de hacerlo, pues a pesar de cuanto me dices y de la sorpresa que usaron contigo, siempre temí que no podía hacerse en conciencia el quitar con una trampa unos intereses cedidos voluntariamente a una persona para darlos a otra. En efecto, no me he equivocado. Una de las personas con quien he consultado es el P. m[aes]tro Marondo, de cuyo fondo y conocimientos tú estás bien enterado, y me ha dicho terminantemente no podía hacerse en conciencia, pues que las razones de la sorpresa y demás que tu alegas no valen nada ni tienen fuerza ninguna en el fuero de la conciencia, pues tú ya tenías bastante discernimiento para no dexarte engañar. Tu sabes que el p[adre] m[aes]tro no ha d[ic]ho más que la pura verdad, pues se interesa por nosotros. En·fin, como esto no corre prisa y, por otra parte, me parece no hemos de tardar mucho en verte, ya tendremos tiempo de hablar de ello, pues estos asuntos siempre vale más tratarlos de palabra que por escrito. Yo bien quisiera poder enviarte lo que me pides, pero ¿cómo lo he de hacer si no puedo? ¿Cómo lo he de hacer si comemos de donº de N? Es verdad que tenemos la cosecha de este año, pero los granos no tienen precio ninguno, de modo que ella apenas bastará para n[ues]tra subsistencia y para pagar las pensiones e infinitos atrasos que tenemos. Como, repito, los granos no valen nada, m[osén] Est[eba]n nos va sosteniendo para·que podamos esperar a vender quando tengan algún precio, en cuyo caso si se hace alguna venta ya procuraré que se te embíe algo. Te incluyo la adjunta de mi padre, la que creo llenará tus deseos. Como me dices en la tuya que las cartas sólo han de contener asuntos de fam[ili]a p[ar]a que las recibas, te remito separada mi larga carta sobre opiniones polít[ica]s. Leopoldo se fugó de Bar[celo]na con bastante riesgo, y ahora se halla en Mataró, pero como el rey ha suspendido los trib[unale]s de purificación, no está aún purificado. No puedo más pues la cabeza me duele mucho. Exp[resione]s de todos los de casa y etc. etc. P[ost] d[ata]: Respecto de hallarse ya abierta la comunicación de Bar[celo]na y teniendo que escribir pronto a tu suegro y Carmen, creo más oportuno dirigirte directam[ent]e la que me incluyas, pues no conozco a la persona a quien va dirigida. Igualm[ent]e te incluyo la adjunta conforme me lo encarga tu suegro. Ya habrás visto por el contenido de mi carta que no hay nada de quanto ha dicho el s[eñ]or de Minuiusir relativo a que haya venido aquí tu muger, y se ve claramente que los de Esc[arr]á le han engañado.

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