Sor. Joaquin Olivas, Lledó
Arbucias, 4 agosto de 1838
Amigo mío querido: si yo fuera tan libre que pudiese # tar todo lo que la voluntad desea, a estas horas habría ya cumplido la promesa que te hize de hacerte una visita, pero, amigo, no soy tan feliz ni puedo contrastar el hado que # su contra la corriente de mis abundantes deseos # sabridos los pocos gustos que pudiera gozar en # cólico y cansado, para el hombre que le # sidades. Sí, amigo, preciso es # confiado sinceramente su ## bar tu reposo con hacerte ## partir contigo para aligerar ## amigo que los suportaba o yo de ## la cruda parca no perdonó la fineza ni # se llevó consigo al que poseía la mitad ## yo a ti entregado y lo que más siento es no # compañar en la gloria, habiéndole acompañado en # fatigas que hacíamos como a buenos hijos de la pa#. Ahora, pues, amigo, si deseas ocasión de complacer # haz que vea a menudo de tus escritos, que como # tuya siempre me son agradables y, a más, quando [propor]cionan el placer de conversar en la ausencia, renovando siempre con ellos la antigua satisfacción mía.
Quédate con salud, cuyo beneficio me concede el cielo y procurad divertiros con Antonio Fábrega, a quien darás mil espresiones y le dirás cómo no he podido venir.
Yo quedo en tanto con ánsia de saber de ti y deseoso de emplearme en tu servicio,
José Oriol Milans