Madrid, 3 abril 1840
Mi q[ueri]do Fran[cis]co: contesto tu grata del 22 p[róximo] p[asa]do, que hoy he recibido.
Ya se ha dado cuenta de la renuncia de Camps y Ros. Ahora se espera la de Sicars, para·que puedan tener efecto vuestros deseos.
En verdad que el Sr. Perpiñá estuvo muy contradictorio cuando quiso impugnar las actas electorales de esa prov[inci]a y estrañé muchísimo que, estando Pararols en el Congreso, se saliese de él y dejase sin contestación un discurso que lo tenía tan victorioso.
Algún día vendrá bien para contestarlo, pues se le puden decir lindas cosas, al que empezó manifestando: “que impugnaba d[ic]has actas porque en ellas no veía reclamación alguna”.
He leído el furibundo Postillón. El artículo, que sea de quien fuese, merece una contestación tan descarada como descarado y vil es el ataque.
Sé ya que tu padre está en Barcelona, hoy le escribo.
El lunes debe empezar la discusión sobre el voto de confianza con que el gobierno quiere que se le autorice p[ar]a plantear la ley de ayuntam[ien]tos. La comisión así lo propone. Si esto llega a consumarse y, después de la fuerte discusión que habrá, la nación se mantiene impasible, es fuerza convenir en que la nación no querrá el sistema representativo, puesto que d[ic]ha autorización barrena completam[en]te la const[ituci]ón y el Congreso cederá de un derecho qe. no puede ceder. Recomiendo la lectura del Eco del Comercio de hoy y omito ulteriores comentarios.
Espreciones a la familia y amigos y manda al tuyo de veras,
Pepe
[NOTA]: Cont[esta]da en 22.