Madrid, 30 junio 1840
Mi q[ueri]do Fran[cis]co: hoy he recibido tu grata del 17 del corr[ien]te y quedo enterado de todo su contenido. También del <del> papel cuya letra no me era desconocida. La culpa no es mía de lo que pasa. He hecho por mi parte cuanto debía. Creo, sin embargo, que no tardaremos en ver un nuevo horizonte político y, en ese caso, ni un mom[en]to más quedará en ésa la persona tan inepta, pero tan vil que se titula G. P. Hasta entonces sería inútil toda gestión, por el contrario, produciría el efecto de una recomendación. Ayer y hoy ha habido y siguen los retenes en los cuarteles y otros puntos. Díjose que debía estallar una conspiración y todo es una pura farsa inventada por el sacristán Arrazola, que tiene miedo lo primero y, lo segundo, fundadas sospechas de su caída, por cuyas razones es capaz de inventar cualquiera cosa p[ar]a protestar un viage a Barcelona con el fin de informar a la reyna, mas ahora creo que todos sus planes se estrellarán y ni le servirán sus estudiantadas. Digo eso siempre partiendo de la base de que el hombre que en el día todo lo puede no falle a sus promesas o no se deje engañar ¡Y es posible que tengamos que acudir a tamaños medios! ¡Oh pueblo!
Mi familia siguen bien. Me alegro que sigáis lo propio y, con espresion[e]s a los amigos, manda lo que gustes de tu p[rimo].
Pepe
[P.D.]: Surrá se marchó a Asturias hará unos cinco o seis días.
[NOTA]: Cont[esta]da en 12 julio.