Sangüesa, 17 octubre de 1845
V. J.
Mi siempre amado padre: supe por una carta que recibí de mi hermano que estaban Vds. sin nobedad y supe también que mi hermana es en el hospital apostolante y le doy a Ves. la henora_buena por tener ya la familia a_comodada, pues es el consuelo más grande que puede desear un padre. Amado padre, ofrezca Vd. el sacrificio que ace de de huna hija que tanto quería y que no le abía traspasado su corazón, como yo dado dándolo mil pesares y quitándolo toda el reposo y alegría.
A_mado padre, a_hora lo conozco, pero ya no puedo remediarlo.
No puedo escribirle largo porque escribo en el Hospital. No quede Vd. de escri_bir_me siempre que tenga gusto, que ya lo quiera la Sra. Superiora. Cuando me escribe aga el fabor de franquear_me las cartas. Salude Vd. a·mi a_mada madre y Sres. de Picó. Cumple Vd. con ellos de mi parte. Ya recibí una carta de don Marianito. Que_da a la disposició[n] de Vds. la úl_tima de sus hijas que de corazó[n] los ama.
Sor Dolores Salarich, sierba, Q. L. P. E. F. H. D. S. cardade [sic]