Vich, 9 de febrero de 1848
Mi amada esposa: por fin hoy a las doce ha llegado la s[eño]ra María, q[u]e esperaba con la ansiedad consecuente un padre q[u]e había resuelto una travesura p[ar]a complacer a una hija y satisfacer a una madre, dando una prueva q[u]e no siempre los hombres son tenaces y poco complacientes con sus esposas y familias, pues llega hasta tal el estremo con q[u]e deseo q[u]e os divertáis y paseeis, q[u]e no quiero seros molesto ni ahun con mis cartas, ni quiero si os falta el tiempo p[ar]a divertiros q[u]e me contestes. Hazlo hacer p[o]r uno de mis hijos. Todo lo disimulo y lo hago, pues aunque no me hagas los encargos a mi, quien los hace soy yo. Si bien no me contestas si has menester dinero, lo envío; si no me contestas a esto, volveré a la carga. En fin, me he propuesto darte ha conocer q[u]e tus contentos son mis satisfacciones, si bien dudo q[u]e nunca llegues ha conocerlo. Dejemos esto, q[u]e si algún curioso la viese creería q[u]e fastagem.
Puedes imaginarte las preguntas he hecho a la s[eño]ra María del viage a ésa, del arrivo, sorpresa y demás y, al referirme los vezos hiciste a Pilar, he d[ic]ho allá en mis adentros, se conoce q[u]e ya se roza en la alta sociedad y con d[oñ]a Fran[cis]ca Baza. Se me figura q[u]e al volver a verte me quedaré sorprendido de ver tantas reformas y, lo q[u]e me será sensible, q[u]e al mirar a tu patán esposo lo harás con un desdén de barcelonina, q[u]e lo dejarás patituerto y todo acurrucado te pedirá lo admitas como un criado de honor y en esto no harás más q[u]e seguir la moda corriente.
Mucho contento has dado a Antonito con la cartuchera, de·manera q[u]e a la mitad de la comida ha pedido si quería dejarlo bajar de la silla, solo con el objeto de volvérsela ha poner y hasta a la cama ha querido llevársela. Está alegre y bueno, lo mismo q[u]e lo restante de la familia y demás interesados, continuando bien la niña Espona.
Ya sé q[u]e Teresita te dice q[u]e ha muerto la muger de Jacinto Conill. Siempre me olvidaba decirte q[u]e se ha nombrado obispo al s[eño]r canónigo Casadevall, lo q[u]e ha satisfecho a todos menos a las casadas con familia, q[u]e les quitará el pretesto de pasar a Bar[celo]na p[ar]a confirmar a sus hijos.
Por lo q[u]e me decía Luis el sábado último, te visita todo el mundo. Soy de parecer q[u]e p[ar]a devolverlas, pues no es necesario despedirse, cuando regreses q[u]e tomes un par de días un carruage y así no te cansarás y cumplirás, dejando p[ar]a verificar a pie las q[u]e quieras repetir y de más franqueza. También desearía q[u]e tú y Pilar vieseis el Laberinto y, a este fin, Luis podría pedir una papeleta al s[eño]r marqués de Alfarraz, llevando otra p[ar]a ver al propio día la de Anglada.
Mucho agradezco a esos buenos s[eño]r[e]s de Cruillas los obsequios te hacen. Salúdalos de mi parte y di al s[eño]r marqués q[u]e recibí la suya y q[u]e si no le he contestado es p[o]rq[u]e esperaba respuesta de Gerona y Ampurdán p[ar]a q[u]e hicieran lo propio q[u]e en ésta y avisárselo de una vez.
Debo concluir mis exp[resione]s y cariños p[ar]a mis hijos, parientes y amigos y dispón como quieras de tu esposo q[u]e te ama,
Fran[cis]co