Tona, 14 marzo de 1848
Mi muy apreciable Luis: recibí en su debido tiempo la que me comunicabas la enfermedad de Valentín, pero yo he pedido por él y me dijeron que ya se hallaba bien. Dícesme, ademas, que pida a Dios para·que salgas con brillantez en el grado, que se te conferirá en los días de junio. Bien me regocijaré de que tu ciencia merezca este grado, pero ya puedes haber conocido que te aprecio y, así, otras mejores cosas también te deseo, otros mejores títulos, la humildad, el santo temor del S[eño]r (Timor Domini initium sapientiae), la perseverancia en la gracia del S[eño]r y que seas fiel imitador de S[an] Luis, tu patrón. Ah! qué mejores noblezas puedes apetecer. No quiero decir por eso que se hayan de despreciar los títulos, etc., pero sí que lo hemos de pedir siempre si ha de ser para bien de nuestra alma; al contrario, hemos de considerar que es vanidad lo que no sirve para la eternidad.
Mil expreciones a tu s[eño]r padre y mi benéfico S[a]n Fran[cis]co, a tu madre y Pilar, si están aquí, a Valentín y s[eño]res de casa Sallés, a d[oña] Pepa y, finalment[e], Luis mio, hemos de pensar mucho para ir al cielo si todos los dias. Tú pídeme al S[eño]r esa gracia y yo, sepas, que lo hago en especial por ti y, así, algún día podamos vernos en aquellas celestiales delicias. Manda francamente a este tu s[eguro] s[ervidor] que te aprecia.
Jaime Casals