Vich, 2 de octubre 1848
Mi muy amado esposo: hoy cuando he llegado a casa, q[u]e era la una, he encontrado tu apreciada, la q[u]e no me satisface del todo por ver q[u]e ahun te duele el estómago. Procura a tomar algún remedio y cuídate mucho, porq[u]e, ahun_q[u]e seas achacoso, puedes ser útil, pues muchas veces <veces> son más útil[e]s las cosas remendadas q[u]e nuevas. Aré cuando me prebienes en la tuya por si viene el s[eñ]or Mata y Alós y, también, hiré ar[r]eglando las cosas con calma. Hoy a venido m[osé]n Jaime a acompañarme un estudiante q[u]e m[osé]n Jaime no conoce, pero como éste lo había encargado al d[octo]r Pasarell, dicho s[eñ]or a dicho era buen sujeto. Así, lo hemos ya tomado y vendrá pasado mañana. M[osé]n Jaime ya le a dicho lo q[u]e tenía de hacer y yo también y a dicho q[u]e mientres le demos tiempo para estudiar, q[u]e en lo demás procurará hacer lo q[u]e pueda, pero q[u]e él necesita algún rato para estudiar, y le e contestado q[u]e mientras nosotros comiamos y por la noche ya podría hacerlo, a no ser q[u]e conviniese llebar algún recado y, pasado mañana vendrá a saber la respuesta y, si él le gustan los pactos y a nosotros las informes, ya se quedará. Nos a parecido con m[osé]n Jaime q[u]e haría por nosotros y parece espédito. Te incluyo la q[u]e he recibido de Enriq[u]e, porq[u]e Luis vea lo q[u]e dice de la poca ropa dejó en las cómodas. Devolvétmela el miércoles. Si Luis encuentra a faltar los niños y Vich, mucho más lo hallamos nosotros a menos. A él dale un abrazo como a mis queridos Pilar y Fran[cis]co, con exp[resione]s de todos, recibiendo tú el corazón de tu esposa,
Antonia