Vich, 9 marzo 1850
Mi más apreciado Luis: mu bien, que decía el gracioso del Río, mu bien. ¿Aprovechas la ocasión para darme una repulsa? Has cogido la mejor temporada del año para sermones, pero repulsa, sermón o sea lo que tu quieras, debo decirte ha sido para mi tan satisfactoria como lo sería el poderte pegar un codillo y otro a tu s[eñor] padre, para que no quedase descontento, pero nada, estamos en quaresma y asta ayunar de tresillo manda mi posición en Vich, asta que tenga la satisfacción de disfrutar de la amable y siempre grata compañía de tu familia.
Dirasme quando escrivas qué penitencia debo cumplir por no haber contestado a la tuya fechada el 3 de enero, pues ya me acusa de no haberlo hecho en primer lugar, por aguardar me comunicases lo que me insinuabas en ella, que a mi modo de pensar debías ya habérmelo escrito y, finalmente, por falta de materia, si exceptuamos la obligación que tenía de darte las gracias por las bien practicadas diligencias a fin de poner mis deseos cumplidos, las quales te doy ahora en prueba de arrepentimiento y propongo no faltar más, aunque sea escriviéndote solas dos rayas, rrenovando los lazos de amistad que tiempo haze nos unen.
Las dos hijas del gran duque parece están resentidas por ver en las tuyas no pasas cuidado de su interesante salud. D[oñ]a Blanca crece mucho, pero es muy traviesa; la Lita, calladita, como su s[eñor]a madre (la dama) y toda mátalas callando. Supera a su hermanita en viveza, de modo que cuando la Blanca quiere buscar alguna <alguna> cosa, la Lita ya la tiene.
¿Y el asunto de Bres cómo está? ¿Tendremos el gusto de verle secretario en propiedad o no? Él me ha dicho que, teniendo la protección de los señores de Ferré, cree vencerá a los confusionistas de Tona. Él lo desea y mucho más nosotros, que vemos no podemos confiar de otra persona para el desempeño de dicha carga, que de Bres, por ser el ayuntamiento más farsante de la Plana de Vich, el del pueblo de Tona, y no lo estraño per ver no tienen nada que perder en caso de descubrírseles alguna estafa. El alcalde segundo paga de contribución 5 r[eale]s y 3 m[aravedí]s por trimestre y como no teme las resultas a su antojo practica quanto le pasa por la cabeza, perjudicando de mala manera los intereses del propietario.
No haze muchos días tuvimos una convocatoria en dicho pueblo y, como es regular, se escrivió el resultado de ella, poniendo el acuerdo por unanimidad de votos, y ayer dijo delante de testigos que, después de firmada y sellada, uno del ayuntamiento se la hizo rasgar y quemar.
Pocos días antes enviaron papeletas de apremio a todos los propietarios sin decir por·qué pagos querían apremiarles y el resultado fue que algunos días despues, sin atender a legales quejas, pasaron a las colonias de dichos propietarios, se llevaron el grano que quisieron después de derribar las puertas de los graneros y lo peor que se niega a dar recibo de dichos granos a los propietarios que (con testigos) le instan por tener a·lo·menos un documento que les justifique.
Todas estas barbaridades de Tona te las escribo para que puedas mejor conocer si nos conviene tener al s[eño]r Bres por secretario. Espero harás quanto te sea posible para lograr, a·lo·menos en parte, nuestra tranquilidad y cumplir los deseos de dicho Bres.
No te ablaré mucho de cazeras por estar en tiempo de veda, lo que sólo puedo decirte es que mañana ban a hacer una de quatro días (yo no voi) y serán ocho o diez.
Sin estenderme más por falta de papel, repítome a las hórdenes tuyas y de tu familia, esperando darás de mi parte un pellisco a Miralles, para que se acuerde de contestarme y, al mismo tiempo, les harás saber que ayer murió Pepe Codina, mi antiguo condiscípulo, q[ue] e[n] p[az] d[escanse].
Mi esposa te saluda y dispondrás sin reserva de tu amigo verdadero que desea servirte y de corazón te amo.
Castellana