S[eñ]or d[o]n Fran[cis]co de Martín
Mi siempre d[ueñ]o y amigo: al paso que iva a escrivir a V. en Manrresa, supe por una casualidad el lunes próximo pasado que se hallava aquí en Cervera para la recollección de la cosecha y, seguram[en]te, para aclarar lo que corresponde a V. líquido de los consavidos bienes y ver los que se han de invertir en cosas pías. Baxo este supuesto, y como entre estos últimos vaya comprendida la casa (pues V. no la quiere), estimaré que ésta quede a mi favor baxo unos bien vistos y no muy pesados gravámenes, baxo cuyo pie hemos ido siempre acordes.
Veo que V. me dirá que necesita dinero para cubrir algunas mandas, pero, amigo, en su mano está el hacerlo de las otras fincas que quedan obligadas al mismo fin y que puede, sin detrimento de V. ni de la voluntad de nuestros mayores, acceder a mi solicitud. Si V. me exije dinero (que por poco que sea me será impocible juntarlo en esta estación) esto no sería favorecerme, sino ponerme en la dura precissión de presindir de una casa que deseo por haber sido de mis mayores y ser yo el único que puedo conservar el nombre de Niubó. La sangre de mis mayores que circula por mis venas parece me da algún d[e]recho para ser reconocido e incomparablem[en]te preferido y el noble y bondadoso corazón de V. no me dexa duda de que conseguiré mi, al parecer, arreglada pretención, mayormente quando esta no deteriora los interezes de V., no grava su conciencia ni se opone a la voluntad de nuestros mayores, antes bien, devemos presumir que éstos, en semejante caso como el que estamos, querrían más que sus bienes sirviesen en favor de uno de su familia, que soy yo, que en otro extraño. A V. lo que le interesa es sacar lo líquido que sea de V. y, en lo demás, se puede hacer la vista gorda y favorecer esta familia que clama el bondadoso corazón de V.
Mi desinteresado y generoso proceder quando vivían mis s[eño]res tíos, g[loria] g[oce]n, y, en especial, quando estando mi s[eñ]or tío malo me decía y rogava que yo mismo hiciese su testamento, pues lo sabía todo y el pacífico proceder que observé con su s[eño]ra ermana durante su viudez y el que he observado siempre con V., pues firmé a ciegas la escritura de concordia, son otros tantos allicientes para inclinar a V. a favorecerme en esta estación en que la suerte y mi condecendencia me han puesto pendiente de V. en esta parte. Si yo tuviese dinero crea que no cansaría la atención de V. exigiéndole un favor que jusgo le es voluntario, pero ahora no lo tengo ni lo hallo y esté cierto que por grande que sea el sacrificio que yo haga, podré muy poco.
A V. le sobran intereses o, por lo menos, no le faltan y se halla en vigilia de sobrarle más y, si quiere, puede favorecerme sin el menor detrimento. Espero, pues, que haciéndose V. cargo de estas y otras reflecciones me proporcionará el gusto de poderme trasladar aquí con mi familia y apartarme de este modo del enemigo que nos amenaza. En fin, en su mano pongo mi suerte, la que no puede dexar de ser feliz dependiendo de un corazón noble y generoso.
Mi s[eño]ra madre y ermanita saludan con todo afecto a V. y desean emplearse en su servicio, juntas con su fino y eterno amigo y s[ervi]dor q[ue] s[u] m[ano] b[esa],
J[ose]ph de Niubó
Día 25
Mi s[eñ]or d[o]n Fran[cis]co: tenía esta escrita por V. quando recivo su apreciada a la que, contextando, digo: el lunes próximo por la noche, ayudando Dios, estaré aquí con la consavida partida y hablaremos lo conveniente y resuelva V. a favorecerme como lo he esperado siempre. V. tomará la pena de mortificarse estos dos días por no serme dable venir antes. Todos nos alegramos de que goze V. y los s[eño]res de su casa de perfeta salud, igual a la nuestra, g[racia]s a D[ios]. Hasta la vista y mande a su amigo s[ervi]dor,
J[ose]ph de Niubó