Bar[celo]na, 7 mayo de 1826
Mi querida hija: tu madre recibió las cabezas y te remitimos un t[i]esto con una teonia, flor muy esquisita y muy escasa en ésta, qe. seguram[en]te no se hallarían quatro y, por esto, las hacen pagar, pues questa dos pecetas. Al invierno muere y después ella buelve a salir y si podíais hacerla a tierra, sin t[i]esto (a su tiempo) se criaría más frondosa y llevaría más flores. Hemos resuelto no comprar por ahora cabezas de pericos y aguardar así que quieran florecer y, entonces, hiremos seguros y sabremos lo que se compra. Y como vemos qe. todo llega a salvo, os las remitiríamos así que empesase a salir la flor, pero si esto no os parece conforme, avisa, que se comprarían las cabezas. Al pre[sen]te disfrutamos de salud y nos alegraremos agáis lo proprio. M[emoria]s a Miguel y un beso de parte del abuelo a mis nietos.
Tu padre