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Letter file

De Pere Gil i Serra a Pere Gil i Babot

Sender
Gil i Serra, Pere
Recipient
Gil i Babot, Pere
Date
August 2, 1844
Origin
Madrid
Destination
Barcelona
Language
Spanish
Topic
Economy
Subjects
business, conflict, leisure, spa, trade
Relative sender - recipient
son father
Epistolary
Epistolary of the family Gil
Section
Gil Family Section
Signature
ANC, Fons família Gil, UI 10
Support
Paper
Number of sheets
2
Measures
Folio (21 x 30 cm)
Physical characteristics
The letter acts as a cover
Autorship of the file
Javier Antón

Madrid, 2 de agosto de [18]44

Querido padre:

He recibido esta mañana su apreciable de V. del 29, a la que contesto.

Me dice V. que espera de un momento a otro a Garcías para el asunto de Romà. Bien hubiera yo querido cumplir con la promesa de mandar a V. una instrucción, pero ya se hace V. cargo de que no he estado para esto. Voy, sin embargo, a hacer a V. algunas observaciones que no son más que lo que ya sabe V. de palabra.

Garcías, Caprier, Foxa y Romà habían tomado varias pertenencias de las minas de San Juan durante la guerra y ésta había impedido el llenar las formalidades ecsijidas por la ley.

Garcías, Caprier y Clausel formaron el proyecto de hacerse con todas las pertenencias de las minas a fin de evitar la concurrencia y celebraron varios contratos, entre ellos el de Romà, quien se obligaba a darles las pertenencias en regla mediante cierta suma o un número de acciones en un tiempo dado. Durante este tiempo, Garcías y consortes no creyeron combeniente el hacer las formalidades que ecsijía la ley en las denuncias que habían hecho, pues, teniendo todas las que comprendía el polígono señalado entre los pueblos que marca la escritura, podían trabajar en las que creyeran útiles y abandonar aquellas que no ofrecieran beneficio. El estado de la provincia permitía ya hacer allí algunos trabajos, pues la facción se había retirado de aquellos puntos y, cómo no había vencido el tiempo en que debía entregarse la cantidad a Romà o las acciones, iban todos de buena armonía, así es que empezaron los trabajos. Romà pretende haber entregado a Caprier las pertenencias de las minas que tenía, pero mal puede haberlo verificado cuando no consta en los registros de minas y las que ha tenido han sido con f[ec]ha muy posterior. Romà, corto siempre de dinero y con sus especulaciones desgraciadas, tomó algunas cantidades a cuenta.

Así el estado de las cosas, vinieron a encontrarme para ver si quería tomar una parte en la Sociedad y yo entré mediante a que la cantidad que para ello tuviera que desembolsarse se empleara en las minas. Se hizo pues por Lebon en mi nombre y por los demás socios la escritura que V. tiene. Ellos me daban la parte combenida en la Sociedad, siendo propietarios de la que les había # Romà. Sino cumplen yo no estaba obligado a nada. Debían devolverme las cantidades que no eran entonces más que un adelanto.

Fui a ver yo las minas. Me gustaron. Conocí la necesidad de hacerse un camino. Se tuvieron varias conferencias a este efecto, pero Romà, pretendiendo haber finito el tiempo prefijado en el contrato, pedía la cantidad prometida o las acciones. Éstas no podían entregarle sin constituir antes la sociedad y, para ella, se necesitaba poseer las pertenencias. Romà se opuso entre la desconfianza y, entre unos y otros, disputas, acaloramientos y, reconociéndoles otros socios que habían hecho un contrato demasiado ventajoso para Romà, trataron de sustituirlo por uno nuevo. La entrega se mezcló. Romà escuchaba a todo el mundo y los ynspectores de minas trataron de arreglarlo. Entonces se vio la necesidad de tomar varias pertenencias. Se hicieron las denuncias y Romà, amigo de las autoridades de aquellos pueblos, embargó los trabajos y la legislación, siendo confusa y contradictoria o ganados los ynspectores (según quieren suponer) por la compañía o # de la actual, declararon aquellos las pertenencias a Romà y no a nosotros por no haber hecho los trabajos en el tiempo que previene la ley. Mal podía esto hacerse cuando mediaba un embargo.

Murió Caprier y la viuda quería presentar un estado a los acreedores a este objeto, en tanto vender la fuente que tenía en las minas, en las que había una cantidad en efectivo entregada a mamá. Me escribió y yo le manifesté el estado del asunto. Volví de los baños y, al pasar por Perpignan, Garcías recibió una carta de Lebon que me leyó, en la que le decía que debíamos encargarnos si podíamos de la parte de Caprier, por lo que le cortaba yo mi #, pero viendo que nada se # se hizo el contrato salvando aí a aquella familia de declararla en quiebra. El juicio debía enjugarlo a un plazo muy largo. Ahora, bien vendiendo Caprier la fuente que tenía en las pertenencias, confiriendo hacerlas ese, está obligado a satisfacer el juicio a estas no #? Creo que no. Esta es la cuestión de Caprier.

Con estas observaciones, las esplicaciones que dará a Garcías, un contrato celebrado con Romà que no ha sido ducto de nulidad aun en los tribunales, no habiendo devuelto las cantidades # a cuenta. Romà no podía vender lo que no era suyo. V. podrá, no dudo, seguir este negocio teniendo sino el todo una frente, a lo menos en las minas, pues necesariamente a todo trance vendrán a una composición.

Con respe[c]to al gas, miente Lebon si dice que yo tengo la culpa de los estatutos. Ya dije a V. que se habrán consultado con Roviralta, que se le dio de ello parte y se imprimieron estando en París, mandándole uno inmediatamente. Pero no basta que Lebon diga las cosas de manera que, según sus resultados, las interprete a su favor. Si no lo encontró bien siendo el único responsable, por·qué no los cambiaba. ¿Quién hizo las acciones? ¿Quién fijó en ellas el término de los intereses y dividendos en contradicción con los estatutos no fue Lebon?

Él daba para ello sus razones y, aun cuando dijera que lo hubiera hecho por consideración a mi (que no es cierto) es el único responsable.

Si está también incómodo con V. porque no le da todo el dinero que quiere y va a encontrar a d[on] Jorge, poco me importa. Todas mis cuestiones con Lebon finieron en la celebración del último contrato y salida de Barcelona. De no admitir este principio, todos los contratos son nulos. Yo miro el literal, no su interpretación, que buscan los hombres capciosos y de mala fe.

Conozco a Lebon. No quiero disputas, pero no volverá a reirse de mi y en este negocio le aguardo.

Estoy deseando la llegada de Mon para ver si puedo arreglar el negocio e irme a los baños para pasar una temporadita sin pensar más que en distraerme.

Si el trastorno que me decían por equivocación hubiera sido en Barcelona me hubieran causado más pena, pues no me conocen tan bien allí como aquí, que he recibido pruebas de aprecio de personas de todos los partidos y me tiene la gente en buena opinión, pues sabe todo el mundo que no me ocupo más que de mis negocios. Siento que los periódicos hayan hablado estos días, pero yo no me meto en ellos y dejo decirles lo que quieran con tal que no ofendan mi honor y reputación.

Esp[resione]s a la familia y le quiere de veras, Q. S. M. B.,

Pedro

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