Madrid, 12 de agosto 1844
Querido padre:
Tengo a la vista su apreciable de V. del 8 y 9 del presente, cuyo contenido se refiere al asunto de las minas de S[a]n Juan. Fijaré, pues, la cuestión diciéndole
1º. Que cuando yo entré fue persuadido que el asunto estaba embrollado, que el contrato con Romà no era bien hecho y que pudiéndose aclarar más adelante, ariezgando una pequeña cantidad, podíamos ser propietarios de dichas minas.
2º. Que si no se han llenado en el contrato las formalidades presentes por la ley son responsables Garcías y Caprier, no yo (quiero decir, nosotros), pues a mi me vendieron una parte de las minas como consta en el contrato y, si esta falta, por no haber Romà cumplido con ellos, no pueden obligarnos. Así es que viendo que poco se adelantaba porque ellos lo dejan, y no yo, pues de tomarla hubiera asumido en la responsabilidad. Tratamos de cubrirnos de los desembolsos echando Lebon a cargo de Garcías 13 mil francos, mientras yo estaba aquí en Madrid.
3º. Garcías y Caprier, habiéndonos hecho señor de una parte de las pertenencias, no poseyéndolas nosotros ni habiendo tenido parte en el contrato formal, como V. dice, deben reembolsarnos los 1.700 $ gastados en las minas.
4º. A Captier se le compró bajo el mismo concepto. Yo vine aquí luego después y Garcías quedó encargado de remitir a casa una copia de la escritura que puede V. haber visto y que yo no he tenido. Si·no lo verifico él tendrá una copia. Esta parte incluía el dinero recibido por Romà de Captier. Posteriormente Lebon dijo que se encargaba de este asunto diciendo que mal podía pagarse lo que no se recibía. Yo he estado fuera de casa. Estaba también cuando se dio posesión a Romà de las minas. Dije a Lebon cuanto está sucediendo, pero él era el gerente y yo no podía obrar. Se que se escribió a Garcías que se le cargaban abonaban en cuenta los 15 mil francos por gastos hechos en las minas, pero no ha sido cosa de un tiempo. Yo lo he visto siempre embrollado. Se lo he dicho a V., pero a·pesar de todo esto, como Romà ha percibido dinero a cuenta de las minas, debe devolverlo. No veo que nosotros debamos perder los 1.700 $ ni ha habido en ello más que arriesgar, como he dicho, una pequeña cantidad para ver si se arreglaba. Pero ya se ve todo lo que nosotros hacemos y hemos hecho no son más que disparates. Esto es lo que viene a decir su carta de V. Yo concluiré, pues diciendo que Garcías y Captier nos vendieron una parte en las minas, parte que habían comprado comprado a Romà. Si ellos no la tienen, ellos no son responsables de los daños y prejuicios, pues nos vendieron lo que no tenían.
Mi cabeza no me permite hoy escribir más. Mañana iré más estenso.
Le quiere a V. de veras su hijo, Q. S. M. B.,
Pedro
