Querida mía: viendo que nada sé de vosotros y que según estos correos me expongo a no saber cosa hasta el martes, de oi en ocho días, me he determinado a escrivir por el dador, encargándome que me digas de vuestra salud y cómo lo pasan esas criaturas que me hacen la mayor falta, pues sufro aquí una soledad que me aflige. Assí, pues, dime de todo y dando mis cariños a la madre y demás s[eño]res queda con Dios, que te g[uar]de q[uan]to le ruego.
Manuel