S[a]n Agustín de la Florida, 3 de julio de [17]86
Querido herm[an]o Pepe: sigo, a Dios gracias, con perfecta salud. Ace mucho tiempo no ha llegado barco alguno y, por consiguiente, estoi sin el gusto de saber noticias vuestras, lo q[u]e únicamente me tiene con algún disgusto, pero es menester conformarse con las disposiciones del Altísimo q[u]e así lo dispone. Esperimentamos un verano muy regular, aunque nos allamos con falta de muchas cosas q[u]e cohoperan a la regularidad de la vida, pero, a pesar de todo, me allo más gordo todos los días y con bastantes dezeos de veros, los q[u]e crecen a proporción de lo q[u]e va dilatándose nuestro regreso, del que no se abla ni una sola palabra p[o]r aora. Si vivimos emos de verificarlo algún día y, quanto más se tarde, más ganas tendremos de vernos, y más apretados an de ser los abrazos q[u]e nos demos en juntándonos, y será más larga la serie de nuestros echos, cosas graciosas an de oirse en la temporada de mi licencia.
Amigo, no sé q[u]é decirte porque estoi en un pueblo en donde no ai correo, ni casi gentes. Espero comer algunos higos, q[u]e van sazonando ya. Con éstos y algunos melones y sandías, se va trampeando el tiempo, y sofocando el salitre de la carne, q[u]e sólo la tenemos salada, ase ya algunos meses. Va para el undécimo mes q[u]e llegué y no he per[c]ivido más que paga y media, por no aver dinero. Todo se toma fiado asta q[u]e llegue la plata. No la esperamos en mucho tiempo, porq[u]e un barco q[u]e nos traía un socorro esperimentó un fuertíssimo temporal en frente de este puerto mañana ase dos meses y, como nada sabemos de él, se infiere q[u]e presisamente pereció, lo q[u]e no puede menos de retardarnos otro socorro. Nada pido porque nos manejamos con lo q[u]e ai, manteniendo un crédito, el q[u]e nos proporciona fiados asta los zapatos, p[ue]s de otro modo no tendrían nada q[u]e acer los pocos artesanos, ni menos se despacharía una alfiler en las tenducas q[u]e ai. Sólo p[ar]a comer se necesita de algún dinero contante. Para esto nos hemos valido de nuestras mañas y emos convencido a fuerza de razones a nuestros gallegos, los q[u]e viéndonos tan sin auxilio an arrojado de lo íntimo de sus corazones algunos suspiros amarillos, esto es, an aflojado algunas onzas de oro, q[u]e estavan enbueltas con muchos papelillos y condenadas a una cárcel, si no perpetúa, a lo menos de muchos años. Basta ya de informalidades. Estimaré des mis espreciones al tío arced[ia]no y q[u]e reciva como suia toda esta carta, asegurándole le amo entrañablemente. A mi s[eño]ra madre, q[u]e esté cierta estoi mui bueno y q[u]e nada me falta por aora y q[u]e sólo dezeo servirla. A los sobrinitos mis tiernos abrazos, a nuestros herm[an]os, q[u]e ni un instante les olvido, a los parientes Camps, Fonts y a mamita Carles mis justos reconocimientos, y a los primeros me encargó mi compañero Rojo les aga una espreción de su parto, lo q[u]e les arás saber, y q[u]e corremos igual suerte en este destino en el q[u]e solicita sus órden[e]s y tu sabes soi el herm[an]o q[u]e más te estimo y dezeo servirte.
Martín Burgués.
Estim[a]do herm[an]o Pepe