Mi abuelo y mui señor mío: los asumptos que toca la madre en su carta y el empeño de v[uestra] m[erced] de quererlos componer es uno y otro mui árduo e imposible, haviéndolos de tratar por escrito porque no hai tiempo ni inteligencia que baste a trasladar al papel tantas preguntas y respuestas, réplicas y satisfacciones como sería necesario para instruir a v[uestra] m[erced] y ponerle en estado de poder de<s>cidir. Desde luego estaremos discordes en los hechos y vivo persuadido de que no le havían de atender mis exposiciones y sí las de la madre, que v[uestra] m[erced] ya con anticipación asegura que no nos dejan en términos de dudas. Yo, sin embargo, no puedo menos de dudar que los criados respondan a los preceptos de la madre en los términos que ésta supone, por_que preguntando a mi muger y a alguno de los criados imparciales sobre ello, nadie sabe nada ni ha oído semejante expresión; y lo cierto es que ni mi muger ni yo somos capaces de sufrir que los criados no traten a·la madre con el respeto y veneración que se merece; y, como tampoco señala quál fue el criado que lo dijo ni cómo lo dijo, no podemos tomar aquella seria providencia que tomaríamos si supiéramos quien tuvo tal atrevimiento. Y este mismo suceso le hará a v[uestra] m[erced] conocer quan imposible es de componer estas cosas caseras y domésticas.
Las otras dependencias que la madre quiere que se aclaren son de la misma naturaleza. Yo estoi asegurado de que cumplo religiosam[en]te lo estipulado en los capítulos matrimoniales y en la otra es[critu]ra de división que hicimos. Sin embargo, supone la madre que la perjudico en tanto y quanto y que la usurpo sus rentas, haciéndome con esto el poco favor que v[uestra] m[erced] ve y dándome el carácter de ambicioso, vil e interesado, que más de una vez lo ha propalado, quando cabalm[en]te los que me conocen bien me dan todos los epítetos contrarios. En el supuesto, pues, de que por mi parte no tengo, que restituirle un maravedí, tampoco puedo informar a v[uestra] m[erced] de cosa alguna que pueda hacer para componerlos. Diga [a] la madre qué es lo que le falta por complir de lo que se le ofreció en d[ic]has es[critu]ras que yo daré satisfacción por partes, que es lo que he hecho a algunos puntos en particular que me ha tocado, con la desgracia que mis razones han convencido a todos los hombres de juicio que ha querido que me hablaran, pero la madre se quedó en sus trece, atribuyendo este convencimiento al poder o influxo de la golilla como te explica. De modo que, a este respe[c]to, no habrá nadie que sea imparcial. Por esto, q[uan]do me escrivió desde ahí le dige yo a la madre que puesto que estava con v[uestra] m[erced], la abuela y el tío d[o]n Joseph, que lo tratasen todos y que yo les dejava árbitros de estas dependencias, pero me despondió que no quería, y assí quedamos, y yo con el desconsuelo de creer q[u]e assí quedaremos toda la vida, por_que tengo la experiencia del poco fruto que han sacado los que han intervenido en ello antes de aora. Sin embargo, si v[uestra] m[erced] juzga poder_lo sacar mayor, dipute al tío d[o]n Joseph u a otro que no sea sobradam[en]te estraño, q[u]e yo lo trataré con la tranquilidad e imparcialidad que observo en todos mis negocios, pero por escrito, buelvo a decir, que nos cansaremos en balde, perdiendo el tiempo que yo necesito para los muchos asumptos que me cercan.
La Mariquita continúa sin novedad, los niños buenos y yo para servir a v[uestra] m[erced], cuya vida g[uar]de Dios m[ucho]s a[ño]s
B[esa] l[a] m[ano] de v[uestra] m[erced] su más af[ec]to h[ij]o y ser[vido]r
Manuel Sisternes y Feliu
Abuelo y s[eño]r d[o]n Narciso Burgués.