H[erman]o mío: acuso el recibo de la tuya de 23 del cadente y a su contenido te digo que días hace voy tomando cuentas para formar el juhicio devido en las cosas de Sisternas con la Pepa, según y conforme el literal de las cartas que tengo de Sisternas y lo que concibo claro de la Pepa en sus informes. De uno y otro veo con luces bastantes no ser difícil componerlas, siendo en sugetos que dexan llevarce de·la razón, pues por parte de la Pepa consiste en el salvamento devido de los cortos drechos se ha apiedado a que no puede aponerse Sisternas ni esto lo pienses y esto acertados olvidándoce por ambas partes lo passado, sin hablarce de ello palabra en pocos preliminares, por lo venidero pueden las cosas ponerce en paz y acegurar en adelante buena armonía y tranquilidad. Este es y ha sido siempre mi dictamen, que en proprios términos escriví a Sisternas, de quien merecí la sola satisfación de dezirme lo dexácemos en su mano, diz[i]éndome acudiésemos a ti, que con tu virtud y talento aconcejarías lo mejor y que se sugetava a tu dictamen por salir en breve a un cabo y que, por essa le remitiría mi carta, lo que haría yo no sabiendo porque la as visto. Por esta y otras cláusulas que lleva en la última me escrivió Sisternas, no devo ni puedo yo moverme asta que me llame, pero q[uan]do quiera me hallara prompto y propicio como le tengo ofrecido, a cuyo intento y al de acompanyar la Pepa a su destino de Mataró, pendiente la marea, me hallará allí algunos días y, con esto, puedes tu tomar tu govierno y avisarme y avisarle cómo te pareciere para llegar al cabo con toda quietud, sin nota del passado, en que he puesto todo el cuydado, llevándolo sin desasonar a nadie con muchísima pena y trabajo.