Rosas y junio, 8 de 1805
Amados padres míos: no dudando que esta carta será por aora el finiquito de nuestra correspondencia epistolar, voy a extenderme empezando por asegurar a v[uestras] m[ercede]s que al paso q[u]e me es muy grata la esperanza tengo de poder en breve satisfacer mi innato deseo de estrechar a v[uestras] m[ercede]s, a mis hermanos y amigos en mis brazos, no puedo menos de confesar serme algo sencible la separación de mi bienhechor, patrones y conocidos, como igualm[en]te de un suelo tan amable por su vista, abundancia y proporción de quanto la animalidad puede apetecer, de modo q[u]e si no fuese por aquella especie de zerote que infunden en él las tercianas en los meses de verano, podría preferirse la estada en Rosas a la de Versallas, pues acá con qualquier visual q[u]e se eche se descubren a·lo·menos 20 leguas a la mar, y no pocas en tierra, con los preciosos objetos de un frente de plaza acia el puerto bien fortificado, con continuas embarcaciones así nacionales como extrangeras que diariam[en]te entran y salen y, sobre todo, [¿]qué mayor gusto que el de oy y ayer, que al levantarnos hallar ya que nuestras pobres nancitas nos estarían tenían ya guardada una arría a·lo·menos de congrio, con alguna langosta, morena y otros ricos pescados? En fin, en prueba de lo muy bien que me ha probado este país y del cariño que le he puesto, aseguro a v[uestras] m[ercede]s que no sentiría poder vol volver acá p[ar]a imponerme un poco en los fundamentos y proposiciones maestras de la geometría especulativa p[ar]a irme con ellos y toda la aritmética bien aforrado a Segovia para poder aguantar allí el frío del país y el sobrenatural que causa a los pobres cadetes la presentación a aquellos tan temibles como rigurosos exámenes, los que desde 1º del corr[ien]te hasta el fin del mismo habrá de sufrir el pobre Ramoncito Grases después de casi un año seguido de tercianas, en tanto que ya en diciembre del año pasado por hallarse acometido de ellas y detenido en cama no pudo examinarse quando sus compañeros y tuvieron que hacerlo a 1º de enero en q[u]e se levantó. Pero en vista de que ni su enfermedad le había quitado su aplicación, salió perfectam[en]te de ellos y pasó en la clase de artillería en que se halla. Hasta aora, que son las 11 del día, no hemos visto la caxita de oja de lata ni es regular llegue p[ar]a mañana, pero suplirá p[o]r ella un requesón de 12 libras que nos han de traer de Garriguella, 6 langostas de la Selva, un chai de leche con una cabeza de carternera y otros pedazos p[ar]a fricandó, 2 gallinas p[ar]a puchero, un plato de pollos y tal vez otro de pichones, con tres o quatro de pescado [y] media docena de botellas de granacha de 2 años, su café y plus café (esto es un par de botellitas de resoli y muscat de Fontiñán ) y aquí dio fin la comedia.
Me consta que por las órdenes reservadas que de pocos días a esta parte an venido de la superioridad (motivadas tal vez por el apresam[ien]to de 2 barcos que en estos mares han hecho pocos días ha los ingleses y de la esquadra de esta nación compuesta de 7 navíos y 20 transportes, que con 8.000 hombres de desambarco crusa en estas inmediaciones) ni el s[eñ]or d[o]n Manuel, ni otro oficial alguno puede con honor separarse en las actuales sircunstancias de su destino, con q[u]e así es preciso apellar a la compañía de mi s[eñ]or ex[celentísimo] maestro Camó para verificar mi marcha a esa.
Querida mamá, esta carta puede considerarse hermafrodita, esto es, que sirve tanto p[ar]a v[uestra] m[erced] como para papá, faltando únicam[en]te q[u]e les repita que es, ha sido y será eternamente su más humilde hijo,
Santiago.
[Nota escrita pel mestre Manuel Grases]
Amigacho: qui lloga lo cul no seu quant vol. Així ho experimento ara, per un diluvi de ordres que han vingut, y en virtud de las quals ningún militar que tinga vergoña a la cara pot separar-se del seu puesto. Lo s[eny]or comisari Boxó, que ho es del rey de Madrid, lo informarà millor que jo de aquest asumto, pues que ni de boca ni amb la ploma puch parlar de ell. Y sí sols que la mia anada a eixa pot ser que se verifiqui per las firas de s[a]n Narcís. Se lo avís, fàcia que el dimars vinga lo s[eny]or mestre a pendrer-me lo deixepble, que se ha portat sens però, y no dubto no deixarà ab sentiment a tots los de esta casa la sua marcha. Yo hauria volgut ser un Salomó en mathemàtica, o a·lo·menos un Euclides, p[ar]a enseñar-li los millors principis, però qui no té no pot donar. Oferescan al cap y peus de la mare del meu predilecte deixepble y mània a sapatazos a son afecte am[i]ch y ser[vid]or.
Man[ue]l Grases.