Barcelona, 27 marzo 1846
Querido Franco: ayer seguramente marchó el baúl para esa y me dijeron que el sábado llegaría aquí, el que podrás pasar a recojer.
El martes asistí al funeral de tu difunto tío (Q.E.P.D.), al que también estaba el s. Coll con su senora y dos otras senoras convidadas suyas. Dicho funeral se celebró del modo siguiente: se dijo un oficio con todos los sacerdotes de la comunidad, que eran quince o diezyseis. Después, dos misas que se llaman del duelo y luego después se celebró la misa del perdón, que, acabadas, se celebraron las absoltas.
Después de haber salido de la iglesia, pregunté al s. Coll cómo estaba el testamento y me dijo que no había podido despacharlo porque había tenido que pasar por la aduana, gefatura política y otras partes, pero, luego que esté arreglado, te lo enviaré por el conducto más seguro y, si no encuentro nadie que no sea del todo de mi confianza, esperaré cuando yo venga, a no ser que tú lo hayas de menester, que entonces me lo escrivirás.
El lunes pasado escriví a Joaquín relativo a las dos onzas.
Memorias a todos los que tu casa, tomándolas tú del modo que desees de este cuñado que te aprecia y que desea serviros,
Franco Moragas
P. D. Cuando me escrivas, deseo que me hagas saber cómo sigue tu padre, diciéndome también todo lo demás que haya de nuevo.
ADios"