Bar[celo]na y [septiem]bre 30 de 1773
Mi abuelo y señor: a mí me ha regocijado sumam[en]te su carta de v[uestra] m[erced] porque veo que han tomado la resolución tan deseada por mí y que se me hacerca el día de ver a essa pobre muchacha, cuya triste situación me tiene partido el corazón. Cabalm[en]te ha llegado tarde el expreso por havérsele estropeado los pies, según dijo, y con esto perdí la ocasión del coche que tenía ajustado que, por la incertidumbre de·lo que v[uestras] m[ercede]s resolverían, huve de desprenderme de·el, por tener todos los demás embargados el marqués de Vallesantoro, que marcha el domingo y ni mulas se encuentran. Por lo mismo me ha parecido lo más acertado el que fuera mi cochero con las mulas de casa y otro par alquiladas, que bastan, toda·vez que el viage se ha de hacer a jornadas cortas, que yo desde aquí dispongo en el modo siguiente, sugetándolo empero a·la mejor disposición de v[uestras] m[ercede]s.
El coche llegará a essa el sábado temprano antes de comer o mui cerca de mediodía. Pueden descansar las mulas hasta el domingo, también a mediodía, y luego salir para Vich y, si pudiere ser, a hacer noche a Malla, que sería lo mejor, y se conseguiría comiendo ahí temprano. Salir de Malla a las ocho de la mañana e hir a comer donde se encuentre mayor comodidad y pueda llegarse a buena hora a La Garriga. De aquí puede salirse también a las ocho y venir a comer a Fuenfría donde, con el favor de Dios, tendré yo el gusto de encontrar y comer con toda la comitiva.
Me parece del caso prevenir que el coche venga sin otra carga que las personas y que todo lo demás de cofres y otros embueltos lo traiga el ordinario de Vich o machos que ahí pueden alquilarse y, con esto, el coche vendrá mucho mejor.
Solo me queda que repetir muchas gracias a v[uestra] m[erced], a la s[eñor]a abuela y demás s[eño]res por el cuidado que han tenido de la Mariquita y los niños y disimulo de los enfados que los hemos dado. Yo procuraré corresponder a todas estas finezas con quanto alcancen mis facultades y en el interín esperaré con christiana resignación los trabajos que Dios quiera enviarme.
A la madre, que tenga esta por propia, ya que lo reservamos todo para la vista. Y voi a escrivir quatro líneas a la Mariquita por ver si puedo infundirle valor y confianza en mi cariño, que es lo más de lo que ella puede pensarse e imposible el que se lo pierda. V[uestra] m[erced], por su parte, anímela, disuadiéndola qualquier especie que pueda trastornarla.
Encargo mis cariñosas expresiones a todos estos s[eño]res y mándeme v[uestra] m[erced] mientras ruego a Dios le g[uar]de q[uan]to desea,
Su más af[ec]to #
Sisternes
Abuelo y s[eño]r d[o]n Narciso Burgués