S[a]n Vicente, 17 mayo 1831
Ex[celentísi]ma s[eño]ra condesa del Avisval.
Muy s[eño]ra mía y de todo mi respeto: en el nuevo conflicto q[u]e agovia el corazón de u[sted] me creo obligado manifestarle la gran parte q[u]e en él toma quien save u[sted] la aprecia por sus virtudes y por la amistad con q[u]e le ha honrrado. Nada de consuelo puedo encontrar q[u]é decirle, pues no creo lo hayga en lo humano, sólo si le asegura con lágrimas q[u]e riegan este escrito, cuanto es mi pesar y cuan afectuoso es mi llanto. El Ser Supremo únicamente la dispensará la resignación devida. Su misericordia q[u]e alcanza a los malos, ¿se podría negar para una persona q[u]e siendo modelo de virtudes, ha sufrido tantas desgracias? No lo creo. Espero, pues, q[u]e su justicia la confortará en este trance. Así se lo pide encarecidamente quien se repite de u[ste]d su atento s[egur]o s[ervido]r y afecto amigo q[u]e s[u] m[ano] b[esa].
Narciso O’Doyla