V. + J.
Madrid, día 13 de marzo 1846
Mi más apreciados padres: recibí la buestra apreciada carta a 30 de diciembre, lo que me alegró mucho el saber de Vs.
Mas ahora les paso a manifestar lo bien que estoy en este nobiciado, lo que es un gardín de todas las virtudes y no deseo otra cosa que el saberme apobechar de los abisos que me dan, tanto los señores padres como las señoras madres, lo que esmeran para nuestro bien, tanto para la alma como para el cuerpo, lo que no cé cómo dar gracias a Dios por tantos beneficios y gracias como esprimento todos los días de su infinita bondadad y, especialmente, el de aberme secado de esta miserable mundo falso, engañador y corrunpnto, donde no se ve más que engaños y mentiras, más y que dicha ace Dios a los que escoge por esposas suyas. En·fin, si le abía de esplicar el goso y alegría de mi corazón sería nunca acabar.
Lo que les digo es que no tengan V. el menor cuidado de mi, porque no me falta nada y nunca abía estado tan contenta como ahora, gracias a Dios.
Lo que digo a V., apreciada madre, es que yo ningún día me olvido en mis tibias oraciones de pedir a Dios que le dé paciencia por saber llebar la cruz que Dios le a embiado y lo mismo pienso que ará V. por mi, porque lo nec[es]ito mucho para·que Dios me aga una santa. Ahora ya no escribiré más asta que tendré la dicha de recivir el santo ábito, tan deseado. Para mi, en fin, por ahora no tengo más que desirlos. A_diós, ap[r]esiados padres. Otro día seré más larga. Saluderar de mi parte a todos los que le pregunten por mi. A_diós y V. disponga de su hija que le ama en los sagrados corazones de Jesús y de María,
Sor Felipa Salarich