Vich, 30 mayo de 1839
Querido amigo: cuasi me he visto presiso a escribirte por haberme insinuado Ramon qe. tu pensabas si yo estaba ofendido de ti en alguna cosa, cual pensamiento estraño haya podido tener lugar en ti, conociéndome como me conoces y qe. soy incapaz de mudar. No dudo qe. al ver no te he contestado a tus dos últimas lo habrá motivado, pero no te admires de mi cilencio, qe. no es por falta de amistad, pues no se me olvidarán nunca nuestros antiguos y felices pasatiempos. ¡O! Cuan útiles me serían ahora qe. muchas vezes me veo apesadumbrado con mis males. No sé si sabes qe. a más del dolor tengo una llaga en la misma pierna ya hace dos meses y, al presente, es lo qe. más me incomoda, porque el dolor si no fuera por este nuevo accidente me parecía empezaba a mejorar. Así, no te admires qe. no te escriva, porque estas causas, reunidas con las qe. dan las actuales circunstancias, son motivos más qe. suficientes para estar en un estado de perplegidad o indiferencia en todo. Así, puedes escrivirme siempre qe. quieras sin admirarte de qe. yo no lo haga, pues por la letra ya puedes conocer la poca afición con qe. escrivo.
Espreciones a tu tío Pep, qe. está un poco megorado. Dales también a casa Compta y amigos. A_diós, qe. solo desea verte para abrasarte siempre el mismo, tu amigo,
J. S.