Sangüesa, 3 de julio de 1846
V. J. i M.
Mi siempre querido y amado padre: con la mayor satisfación tomo la pluma para escribir la presente, pues me parece estava Vd. con cuydado por no haberle contestado a la última carta que me escribió por mayo, a cuya carta no he contestado antes por estar bastante ocupada en la escuela y también por haber quedado con dolores de cabeza de resultas de la enfermedad y, a_hora de nuebo me an acometido los dolores más fuertes y he tenido que estar en cama tres o cuatro días. Me an hecho dos sangrías y a_hora ya me allo bien, gracias a Dios.
Recibí carta de mi hermanita y me dice que está con mucho cuydado de mi. Me dice también que está con cuidado de Joaquín, porque no le ha escrito desde que está en Madrid. Yo hoy mismo le escribo, pero no sé si recibirá la carta, porque puede ser que cuando llegue la carta haya salido de Madrid.
Amado padre, no me dice Vd. si ha mandado decir las dos misas que le encargaba en la otra carta, pero yo supongo que ya las habrá hecho decir y le doy las más fima finas gracias y le pido por caridad que me en_comienden a Dios.
He sentido mucho la muerte de mi querido tío, Q. E. P. D. No me olbido de encomendarle a Dios y lo mismo a mi tía Margarita, la que saludará de mi parte.
Saludará de mi·parte al Sr. canónigo don Jaime Soler y él le dará la henora_buena de mi parte por ser de la Junta de s[an]to Hospital. A mi querida madre todo lo que guste de mi parte. Los brazos se me cansan y, a_sí, concluiré. Mi hermano tenga ésta por suya, que otro día le escribiré.
Queda a la disposición de Vd. la última de sus hijas que de corazón le ama en los sagrados corazones de Jesús y de María,
Sor Dolores Salarich, H. D. L. C. S. D. L. P. E.