Barcelona, 17 de noviembre de 1848
V. J.
Querido y apreciado hermano: ya es tiempo de escribirte, pero la pereza por un lado, las ocupaciones por otro me han hecho esperar asta ahora. Creo que ya sabrás estoy buena porque encargué a·barios te lo dijesen. Desde que tomé las píldoras y la medicina que tu me mandaste han desaparecido los dolores de cabeza, de modo que ni señales me han quedado, gracias a Dios. De sangre por la boca hecho poca y a·veces estoy una porción de días sin hechar. La señora Baleta me dijo que como tu ya sabes que no tiene sacratario no te ha escrito nada de su biage, que fue feliz y ella está bien y yo le dije que me aconpliría por ella. Doña Ignacia está en cama hace ya algunos días. Ahora ya ba por bien. Creo que ha tenido una inflamación a los intestinos. Cuando me escribas dime cómo está Venturita, cuántos dientes tiene, si anda solo y si sabe hablar. Enséñale a llamar la tía Dolores. Di a Pepita que le enseñe a comer, pa que ella puede engordarse, que ya le conbiene. Pienso que sor Felipa está buena. Recibe finos afectos de todas mis queridas hermanas y lo mismo de mi Señora Madre y tu, Pepita y Venturita savéis que podéis disponer de esta buestra hermana que de beras os ama.
Sor Dolores Salarich, S. D. L. P.