Vich, 27 de s[etem]bre 1846
Mis amados hijos Luis y Valentín: en este instante, q[u]e son las dos de la tarde, y más bien las tres menos cuarto, recibimos la buestra junto con la capa, la q[u]e nos ha servido de consuelo al ver buestro feliz arrivo a ésa y veo lo q[u]e nos dices de tu dolor de muelas, lo q[u]e ciento infinito, además de la tristesa nos causa buestra separación, pues hos aseguro q[u]e a·mi me parece un sueño lo poco q[u]e he disfrutado de buestra compañía y no podéis figuraros la soledad nos causa la falta de buestra compañía. Procurat por buestra salud y tu Luis el alibio del dolor de mueles y, si no se te alivie, vete a ver con el dentista y no te acalores con las dilijencias. Has de practicar por una nueva abitación, ya q[u]e no hos es posible estar con la s[eño]ra Baleta, lo q[u]e siento. Ayer fui al teatro y la s[eño]ra d[oñ]a Pepa, q[u]e está con el s[eñ]or Puig, se sofocó y la otra lo hizo mucho mejor q[u]e ella. Seguimos bien. Los hermanos hos hallan a·menos y Antonito dice q[u]e sois a San Ayan, la Maria con sus saciones [sic] y buestro padre q[u]e hos saluda. Ayer tuvo la cajeca [sic]. Ya está mejor. Hos ama de corazón buestra madre,
Antonia