Málaga, 25 nobiembre de 1807
Estimadísima madre de mi corazón: veo por su apreciada de u[ste]d q[u]e acabo de recibir con el mayor gusto, los buenos consejos q[u]e u[ste]d me dá, efectos del amor q[u]e u[ste]d nos profesa y de los vivos deseos con q[u]e u[ste]d desea nuestra felizidad. Conosco lo mucho q[u]e, tanto u[ste]d como padre nos quieren y lo infinito q[u]e a u[ste]d[e]s debemos, lo q[u]e nunca podremos pagar. Crea u[ste]d, madre mía, q[u]e de lo vivo a lo pintado hay mucha diferencia. No dexo de saber por quien está padre instruido o, p[o]r mejor decir, imbuido de·mi modo de portarme con el p[adre] capellán. No niego q[u]e alguna vez hayamos tenido alguna disputa y q[u]e en ellas, conociendo la razón de mi parte, sólo p[o]r obedecer a u[stede]s y saber era este su gusto de u[ste]d[e]s, he reprimido mi genio. El p[adre] cap[ellá]n tiene un genio dominante en extremo, muchas vezes se han ofrecido lances en q[u]e era presiso ser de·mármol o responder a·las palabras q[u]e decía, no con sobervia y altivés como a u[stede]s han d[ic]ho, bastaba ser un sacerdote y un sugeto a quien u[ste]d[e]s nos han recomendado para no perderle el respeto q[u]e era debido, pero era presiso responderle p[ar]a saber el motivo por·q[u]é ablaba en aquel tono y saber en q[u]é había faltado. Esto se·lo digo a u[ste]d animado p[o]r la confianza q[u]e en u[ste]d debo tener y q[u]e, hablándole a u[ste]d sobre este particular, no cumpliría como a·hijo dexándole de decir lo q[u]e sienta. Dice u[ste]d q[u]e nuestras ideas se dirijen a distribuir el dinero de las asistencias a nuestro capricho. Le puedo asegurar a u[ste]d q[u]e, para mi, no hay mayor gusto q[u]e la voluntad de u[stede]s. Nunca desearía una cosa sabiendo era contraria la voluntad de mis padres. Nadie podrá decir q[u]e yo haya malgastado un quarto sin dexar de agrabiarme en esto. Por decir lo q[u]e no es no crea u[ste]d tenga yo el mayor anelo en tener el dinero, aunq[u]e puedo responder de mi conducta si lo tubiera. En fin, en esto u[stede]s son los q[u]e disponen. Yo estoy contento. Yo le prometo a u[ste]d evitar toda disputa con el p[adre] cap[ellá]n, aunq[u]e nunca las he buscado. Si u[ste]d conociera su genio a fondo como yo, no dexaría de conocer q[u]e muchas vezes han sido indispensables. El p[adre] cap[ellá]n sabe disimular muy bien su genio quando le conviene, pues no es tonto, y con siete u ocho días no se·puede conocer el fonde de un hombre astuto. Es preciso vivir con él y parar algún tiempo p[ar]a conocerle. Ojalá tubiera el gusto de ver a u[stede]s. Entonces hablaríamos despacio y podría satisfacer todas las quejas q[u]e tienen u[stede]s de·mi conducta. En fin, Dios lo quiere así. Yo prometo otra vez reprimirme quanto sea dable.
Participo a u[ste]d cómo mañana, si Dios quiere, salimos de esta ciudad p[ar]a ir a Granada, q[u]e está 18 leguas de ésta. Considere u[ste]d mi sentim[ien]to, pues nos hemos de separar Ramón y yo. Tanto lo siento p[o]r él como p[o]r mi. Ya le digo q[u]e ahora q[u]e queda solo otra vez tenga <tenga> conducta en conservar el dinero y no malgastarlo. Creo lo hará así.
Ya escribí a padre el otro correo nuestra salida de ésta, p[ar]a q[u]e quando me escriban dirijan las cartas a Granada. En llegando allá escribirá a padre immediat[amen]te.
No tengo más noticia q[u]e participar a u[ste]d. Vea u[ste]d en q[u]e le puede servir este su más affect[ísi]mo y humilde hijo q[u]e la quiere a u[ste]d sin igual,
Luis Barraquer
P.D.: No estrañe u[ste]d la mala letra, pues no hago otra carta porq[u]e, con motivo de la marcha de mañana, tengo q[u]e abiar el cofre y los demás trastos y hay poco tiempo.