Vich, 31 de enero de 1847
Mi amada esposa: acabo de recibir la tuya del 30, q[u]e esperaba con ansiedad y vivo deseo para saber cómo te había hido en el viaje en vista del mal tiempo y de q[u]e no llegaron hasta hayer los omnibús q[u]e debían estar en ésta el sábado. Pregunté y averigüé p[o]r el conductor del correo y mayorales de·las diligencias y todos estaban conformes en q[u]e no podriais arrivar a ésa hasta el domingo. Lo único q[u]e me tranquilizaba era de q[u]e ibas con Enrique y éste ya está ducho en viajar y conoce bien a todos los del país. Por fin he vista con satisfacción q[u]e llegasteis sin novedad, aunque muy tarde, y me ha complacido q[u]e la hayas verificado en ese día p[o]rq[u]e dende q[u]e os fuisteis q[u]e no ha cesado de llover, más o menos y, aunque no es copiosa, pero ha derritido la nieve y los caminos y hasta las calles están intransitables. No dudo q[u]e tu arrivo causó a mis hijos y sobrinos admiración y alegría y q[u]e tu presencia con los vasicantes y demás remedios acelerarán el restablecimiento de Valentín, q[u]e saludo y abrazo, con Luis y al q[u]e escriviré otro día en respuesta a su última. Mucho me satisfará cumplas con lo q[u]e me ofreces de escrivirme lárgamente, pues anelo vivamente saber el concepto q[u]e forma el médico de Valentín y saber cómo están mis hijos en un todo. Como y también el q[u]e Luis averiguase con Palau cuándo juzga q[u]e deberé bajar p[ar]a sacar mis cálculos y disponer las cosas oportunamente.
Nosotros no hemos tenido novedad y continuamos con salud, pero encerrados p[o]r el mal tiempo, es decir, p[o]r la humedad, pues el frío ha cesado del todo y está cuasi demasiado templado.
Mucho habéis ocupado nuestra imaginación, siendo el objeto de nuestras pocas conversaciones, pues hemos quedado los menos habladores: Pilar, Francisquet y yo, p[o]rq[u]e a tu hermana poco la hemos visto. El sábado no vino a comer si quiera, pues atareada p[ar]a el mondongo, no está p[ar]a nada. Hoy están con eso y se han hido todos allá, de·manera q[u]e esta casasa parece mi sepulcro o panteón, pues q[u]e solo se halla en ella la silenciosa Margarida y el taciturno Víctor.
Todos os saludan y se han alegrado mucho de la mejora de Valentín y Antonita dice la mare may bé. Y con un abrazo a los hijos, dispón de tu esposo q[u]e te ama,
Fran[cis]co