Vich, 15 de abril de 1847
Mi querido hijo: recibí p[o]r el omnibús la cesta con la botella p[ar]a Fran[cis]co de casa Sallés, la grana de ciper [sic] p[ar]a Bayet y un armazón o fustat p[o]r sitrilleras p[ar]a tu tía Teresita, q[u]e entregamos, pero ella no sabe ni dónde vienen ni quien se lo envía, p[o]r lo q[u]e me dirás lo q[u]e haya sobre el particular.
D[o]n Luciano Subías me encarga decirte q[u]e tu plan está ya en obra y q[u]e le hagas el favor de buscarle y comprarle el Derecho Público de Dou. Cuando esté en tu poder me lo enviarás y me dirás su importe, q[u]e yo mismo quiero entregárselo.
Es regular q[u]e recibirías una carta q[u]e yo dirigía al p[adre] Salvador para q[u]e tú se la entregases y me dirás si la has recibido y entregado.
Tu tía Teresita se halla en cama de un fuerte resfriado. Los demás no tenemos novedad en la salud, aunque tu madre ayer tuvo una pequeña indisposición de estómago, pero hoy ya se halla mejor. Fran[cis]co Mascaró ahun vive, pero de un momento a otro morirá, tan resignado y tranquilo como acostumbran los jóvenes q[u]e no han tenido desvíos.
No sé como decirte el disgusto q[u]e me dio Valentín con el gasto de·la procesión, q[u]e si bien todo lo necesito, pero lo q[u]e causó el pesar q[u]e me aflige no fue el gasto, sino el ver q[u]e aquella cabeza no piensa, no discurre y me atemoriza su porvenir. Su ligereza lo conducirá algún día a un precipicio y a mi a un disgusto q[u]e no podré resistir. D[io]s quiera q[u]e no sea así y q[u]e algún día abra los ojos p[ar]a seguir una senda juiciosa, de cristiano y caballero, conduciéndose siempre según sus circunstancias y q[u]e, si no sabe apreciarlas, se perderá.
Me llaman y, así, concluyo, asegurándoos os quiere mucho vuestro padre,
Fran[cis]co