Barcelona, 10 agosto 1847
Mi querido Luis: contesto a tu última faborecida con sólo recordarte lo que te decía en una de mis anteriores y es que se pagaría cuando subiese el alquiler del piso a no ser que el dueño quisiese cobrar antes, que podrías pedir el dinero a tu padre y designarme la persona a quien yo debía entregarla en ésta, que se la daría.
Pienso tardar a lo más unos quince días, dentro los cuales nos veremos y tú, ya que subes, precisamente, por haberme el médico ordenado las aguas de la Font Santa.
Saluda a tu papá y mamá, Ter[e]seta Déu, tía y primos y dispón de tu primo y amigo,
Fr[ancis]co