S[ant] Joan de las Abd[esse]s, 27 agosto de 1848
S[eñor] d[on] Luis de Ferrer
Mi siempre apreciable Luis: supongo que habrás recibido las hojas que me pediste. Si no tienes bastante, avísalo, que luego enviaré más. Disimula el que llegasen limpias, pues no hicimos más que cogerlas y enviarlas.
Al Duch lo degamos libre ya en la ciudat de la Cabreta y nos siguió muy bien en todo el camino, únicamente se nos perdió en la calle de esta casa, pues en lugar de seguirme se fue ya a la plaza. Se pasea muy alegre por esos campos. ¡Oh, si vinieses! Ya he cumplido lo de las confrarías de ésta.
Por Dios, s[eño]r N. y, para cumplir como hijos obedientes, portaos bien con vuestra triste madre, procura a dar buen egemplo a los demás. Si en algo no te portaras bien también sabrían responder tus hermanos. O Luis hace esto o aquello... Para tus perfecciones una cosa diré y eso me basta: que eres dichoso por llamarte Luis y que ahora observes cuáles eran las virtudes de este santo en tu edad y que procures imitarlo y después puedas llegar al Paraíso Celestial, lugar donde te deseo. Amen.
Saluda afectuosamente a tu madre, a Valentín, Pilar, a los demás hermanitos, a tu padre y mi s[eñor] d[on] Fran[cis]co y que si algo se le ofrece de mi persona en esa tierra estoy pronto para...
Te ama tu s[eñor],
Jaime Casals, p[resbíte]ro