Vich, 23 de di[ciem]bre de 1848
Mi muy apreciable Luis: por fin he visto letra tuya, que con ansias esperaba. He recibido pues, últimamente, la que entregaste a R. Domingo Parella, a quien he obsequiado del mejor modo posible. Este s[eño]r deseaba divertirse con el piano un poquito, pero Cucurulla bufà el llum. Dicen los niños Pep y Mariano, la llave no existe en nuestro poder, ni la sabemos, a pesar de haberla buscado suficiente.
Gracias y mil gracias al S[eño]r que los niños hayan llegado bien, a que nos vin[im]os en el siguiente día ya no salieron los omnibús. En el lunes y domingo anteriores no se decía cosa notable de sitio y ahora tan exacto es poca la gente que sale y entra en esa ciudad. Hoy mercado de Navidad y todo se reduce a un poco de hortaliza y a un poco de tarrisa. Ni·siquiera es un jueves simple del año. No sabemos en qué parará eso.
Os deseo a todos u[stede]s felices fiestas, a mi s[eño]r d[on] Fran[cis]co y d[o]ña Antonia y demás, etc., ese vuestro s[eño]r, igualmente la María y Teresa.
Y yo querría saber mis niños cómo se portan, si se pasean, si me han hecho las visitas encargadas y con el respeto que ya saben ellos.
Ahora solo con la María y Teresa los hallo a faltar y en esa casa en que me has de decir dónde hallaré lugar, pues todo ocupado y tan petita.
En el mismo día de marchar los niños recibí esa para d[oña] Antonia.
Mil expreciones a tu s[eñor] padre, madre, hermanos grandes y pequeños, a Pilar, a casa d[on] Baltasar y os saluda ese s[eguro] s[ervidor] que te aprecia en Jesucristo,
Jaime Casals, p[res]b[íte]ro
[P.D.]: Aún no hemos tenido alojamiento. Hoy tal vez, pues dicen que llegará el general.