Vich, 25 de octubre de 1850
Querido Luis: hoy hemos recibido una carta del padre, la q[u]e me ha admirado por lo q[u]e decía de no haber recibido más carta de nosotros, pues desde la muerte de nuestro querido tío, no he dejado un día de escribir por el ómnibus y te escribí una esplicándote del modo q[u]e había sucedido, q[u]e, según veo, no la habéis recibido.
Desearía, si pudieses, q[u]e me remitieses del modo mejor q[u]e pudieses la primera casa[ca] negra q[u]e encontrarás dentro el ermario, q[u]e no está cubierta de ningún pañuelo, para el domingo, pues es regular de llevar luto un mes, q[u]e todo lo q[u]e tengo en ésta es de color. También dentro el ermario, a mano derecha, a_bajo, en dónde en_sima hay tantos guantes, en_contra[rá]s un cuello y puños de terciopelo de color de viola, q[u]e está atado. Todo junto me lo remitirás para el domingo si puedes, q[u]e lo necesito.
Me dispensarás tanta molestia y mala letra, pues escribo desde casa Sellés con tintero de mujeres y con una mesa q[u]e ni siquiera cabe el papel. Lo hago para q[u]e es tarde y llegue la carta al mesón antes q[u]e sea serrado.
Dirás al padre q[u]e mañana le escribiré, q[u]e por ahora voy mejorando y con esta desgracia no [a]delanto mucho.
Darás espresiones a Bosch y a todos los demás amigos y tu dispón de tu hermano q[u]e de corazón te ama,
Valentín.