Berga, 4 abril de 1826
Amado hijo: pensando abrás buelto del biaje, escrivo diziendo que celebraré aiga sido felís. Ya abrás resivido las 2 piezas de oro, q[u]e la una bale m[á]s de trenta pesetas, cegún dijo mocén Bentura. La otra es de 4 duros. Los ojos continúan en ser quanto más o menos mal i bastante colorados. Luego q[u]e tomo el aige [sic] me azen más mal. Si estoy curada i puedo poseer algo de dinero del Canals iré a·ésa i si el primo está por San Marcos, día para mí doloroso por tu auzenzia, i lo es aun, pues no tengo con quien descanzar la Úrsula. No biene si yo boy, pero no tengo hamor de nada. Lo demás se procará por ti, pero a Felipe nadi[e] puede ablarle. Izo secar papeles de el notario. Lo abía la acer. Lo izo el padre Cortada. Axín no le a pagado i dijo q[u]e quando lo encontraría le diría trenta más tempestades. Por la Pasqua me dijo Franzisca mientres estava a·miza q[u]e yo abía benido. La Francisca también quisiera benir a ésa, pero Dios me libre de ella, pues te aturdieras. Tengo el albaicín a·la sala trabajando i a·de ir abajo i a·la botica, q[u]e se an de poner maderas i la puerta se a de conponer. Ariva ya lo está. No me queda tiempo. La Úrsula irán los q[u]e te dezía. Mis afe[c]tos a a tosos [sic]. Los encajes no contava por delante. Ce abrán de poner más nueve palmos más por delante.
Tu madre q[u]e te ama con las mayores peras [sic], Úrsula