Mad[ri]d, 21 noviembre de 1826
Mi querida tia: bien dice el adagio q[u]e más vale tarde q[u]e nunca. El s[señ]or Cambronero es cierto q[u]e nos ha tenido entretenidos alg[uno]s días, pero lo es igualm[en]te q[u]e debe servir a V. de plazer el dictamen q[u]e en la q[u]e d[o]n Áng[e]l escribe a V. hallará q[u]e confieso a V. no me creía, seg[ú]n lo q[u]e me dijo la última vez q[u]e le hablé se determinase a presentar la cosa seg[ú]n ahora expresa.
Ahora es quando nos toca a nosotros no dejar piedra p[ar]a mover y a V. librar la cantidad q[u]e expresa a V. d[o]n Áng[e]l con la más posible brevedad, quedando prevenida p[ar]a hacer alg[ú]n otro desembolso si la cosa se gana, p[ue]s q[u]e habrá q[u]e untar a alg[uno]s seg[ú]n ya tengo a V. dicho en mis anteriores.
Repito a V. mi oferta de hacer quanto conosca útil p[ar]a q[u]e se termine su asunto del modo más bentajoso, p[ue]s tanto el cariño q[u]e a V. profeso, quanto lo obligado estoy en servir a V. me obliga n esta ocasión q[u]e puedo serle útil no omitir paso alg[u]no h[as]ta q[u]e se logre la cosa,
B[esa] s[us] p[ies] su sob[ri]no,
Pepe Mª Borr[á]s
P.D.: Mil afectos a mi am[ig]o d[o]n Miguel