Onda, 21 oct[ubr]e 1813
Mi est[imadísi]mo d[o]n Fran[cis]co: se me ofreció el valerme del favor de V. por la carta que incluí al a[mi]go can[óni]go Quintana, quien me contestó se había partido V. aquel día p[ar]a Cervera, i me alegré haya V. buelto con salud i satisf[acci]ón el dinero que costó al a[mi]go el encargo le hice. Fueron 13 pesetas, 2 r[eale]s, 17 m[aravedí]s, de que seré deudor a V., como le diré con franqueza.
Cumplo con escribir a V. como expresé en mi última al can[óni]go i sigo en ésta con Llobet i otros buenos compañeros, arreglando asuntos, i debo confesar que este trabajo me viene a repelo, pero el honor me abligó a sacrificar mi tranquilidad, ayudar a mi obispo i cabildo i, así, mereceré algo más si, con el favor de Dios, podemos bolver a Tortosa.
¿Quien hubiera adivinado que la tía reyna madre debía dexar sus huesos en Rubielos i allí también una tía monja Gargallo? La d[oñ]a Ant[oni]a Jordán, desde Vinarós, en donde la vi, pasó después, como dixo, a Valencia, en donde sigue cuidado como a loco el pobre de·su marido Acevedo.
Por fin estaremos aguardando el fin de tanta romería i puede que sea al fin del año p[ar]a completas el trienio de·la ocupación de Tortosa, cuyas casas por la mayor parte están abandonadas i más de mil fam[ilia]s hay en Vinarós.
Hoy debía marchar con tres diput[a]d[o]s de·Val[enci]a a Madrid el a[mi]go Nabás, a quien no dexa su hermana Teresita i, despidiéndome de ellos en Castellón me encargaron finas expr[esione]s de V., que las recibirá de·la s[eño]ra Paula, Llobet, Montagut. Dígame de·su s[eño]ra madre i hermanos i quedo de V. af[ectísi]mo,
Jayme Barcallí