Querido Niubó: me alegro que estés bueno en essa tu cassa, sin que te eñoris, que les suele suceder a·los que les falta su pan cotidiano y, assí, tener paciencia, que todo se juntará al cabo de·la jornada.
Tú y mi mujer soys dos, y en asunto a·lo que tú me preguntas y ella te quiere responder, no sé nada [de lo que] entre los dos componéis, que yo no deseo sino que tú estés contento y ella gustossa en tenerte en su comp[añí]a. Come lo que te den, y si·no te gusta, pide lo que quieras en la intellijencia que, como yo, todos desean complacerte y que mandes a·tu ver[dader]o amigo.
Timboni