Querido Niubó: gracias a Dios que puedo entonar el tedeum, pues depués de cinco messes de faltarme tus noticias, ya era razón te acordases de tu afecto servidor. Quedo enterado de·lo que me dices sobre el corregidor, pero como no tengo hombre que able por mí, ¿qué quieres que aga? Si las vozes de·la desgracia huye su eco de·la eminencia por no tener aliento para poder llegar a ella y puramente le tiene para ofuscarse en los cóncabos de·la Tierra, para no ser oyda de nadie.
Este correo ha tenido Pastor carta de su padre, quien le dice queda el tuyo con un fuerte dolor de orina. Yo sentiré, como debo, trascienda a más, pero si es cossa de que llegue no ay como encomendarlo a Dios y esperar con toda resignación de christiano qualquier infortunio, pues, en este mundo, todos hemos de estar atendidos a su dibina voluntad, pero, sin olbidarse de que la caridad bien ordenada empieza por sí mismo. El sentimiento y la pena son cossas de christiano y de hijos amantes de sus padres, pero sin dar lugar a que trasciendan en daño de sí mismo, porque estamos obligados a·mirar por nosotros mismos. Esto no es decirte que esté en este estado, por_que tú lo sabras mejor que yo, pero, si por si llega el caso, le darás mis memorias (y que le encomiendo a Dios), como a tus ermanos, tía y primas. Y manda seguro de mi afecto a tu apasionado servidor de corazón.
Timboni.
A 7 de sep[tiembr]e.
[P.D.]: Castelar murió ayer tarde a las dos.
A: B. M.
Querido Niubó.
