Orihuela, 22 de feb[rer]o de [17]80
Q[ueri]do am[i]go: después de rodar 20 días sin saver el destino, he benido a parar a Orihuela con el reg[imien]to donde, por haora, me mantendré, y he resivido su carta del 19 del próxcimo pasado, sobre cuio contexto informaré a v[uestra] m[erced] del assumpto que v[uestra] m[erced] me trata. En el reg[imien]to solo se admiten doze cadetes, uno por comp[añí]a. Este número está completo y ahún apalabrada la primera vacante. En mi reg[imien]to no admite el coronel ningún cadete que no tenga asegurados beinte pesos, que son 28 ll[ibras] de asistencias mensuales de sus casas, con la obligación de continuárselas haún de oficiales hasta capitanes, por_que con el sueldo del rey no puede mantenerse ningún subalterno. En otros reg[imien]tos de drag[one]s no miran estas precisiones, sí solo los doce o catorse pesos de asistencias en el tiempo de cadetes. Esto es quanto puedo informar a v[uestra] m[erced] sobre el prevenido assumpto y, en todos, dispénceme v[uestra] m[erced] los preceptos de su amistad, asegurado de mi fina correspondencia y que en todas ocaciones sabrá complaserle su af[ec]to am[i]go,
Ramón de Alós
P.D.: Ofréscame v[uestra] m[erced] a los pies de su apa[siona]da y mi respetada d[oñ]a Pepa.
Am[i]go y s[eño]r d[o]n Fran[cis]co Niubó.