Poblet y 7bre. 30 de [17]83
Querido Niubó: no puede menos mi afecto de estrañar y, al mismo passo, admirar el exprimentar en u[ste]d tan profundo silencio y tan prolongado, pues, no obstante de haver mediado buena porción de tiempo desde la última que le escriví, haún no he merecido de u[ste]d respuesta de ella, todo lo que me tiene con bastante cui[da]do y le aseguro que he discurrido por todos lados por ver si asertaría en dar al blanco, pero, por más que me canze y me fatigue, siempre me quedo en obsquras y con la misma dificultad y, aunque me matasse (a mi parecer) sería lo mismo y esto supuesto espero de su buena ley que se servirá u[ste]d sacarme de este mar de confuciones por el correo progimo [sic] y decirme el motibo de no haverme respondido y, juntamente, en qué estado se halla el asunto de mi recomandado y si ay aspectativa de salir lustrosos de nuestra pretención.
Dias pasados se partió para Vila-nova el m[aes]t[r]o Güell por consejo de algunos médicos, a causa de que hazía algún poco de sangre por la boca, pero, gracias a Dios, que ya se ha mejorado algún tanto.
En nuestros asumptos nada ocurre de novedad, pero luego que tengamos alguna noticia possetiva (que tal vez no se tardará) tendré la satisfacción de comonicarla a u[ste]d que, como apacionado, discurro se olgará de nuestra bictoria. No puedo alargarme más porque me dan ya con la insoportable campana del coro y, assí, mande todo lo de su gusto, pues cumplirá todos sus órdenes con incomparable pontualidad quien es y será su fiel y verdadero amigo hasta morir,
D[o]n Josef de Pedrolo, caballero de cister
Mi más venerado dueño y amigo Niubó.