Copia
S[eño]r d[o]n José de Diego, Madrid
Tárrega, 27 abril de 1842
Muy s[eñ]or mío y apr[ecia]do dueño: siempre estimando el honor y favor de la amistad de v., he recibio con mucho gusto y parte aflicción su fav[oreci]da carta del 20, dándome conteto la renovación de d[ic]ha amistad y el saber de su salud y, al mismo tiempo, no puede menos de contristarme que no se halle bien robusto y que vayan malam[en]te sus pagos y el estado de esa casa de n[uest]ro ex[elentísi]mo s[eño]r pr[incip]al por falta de recursos, con la pérdida de diezmos alcabalas y otras rentas y las muchas obligaciones y atrasos que la abruman. No dudo que, en tal situación, se hayan ido varios de esas oficinas y que v[uestra] m[erced] y los q[u]e quedan trabajen agoviados y con disgusto, aunque la tengan respeto y afición. Acaso, como es de desear, se mejorarán o arreglarán algo bien las cosas, pues lo violento no puede durar largo y entonces tendrá v[uestra] merced alivio y será remunerado en su vejez y nos gozaremos de ver que esa augusta casa logre reponerse en su desaogo regular, según me figuro ha de suceder, y también lo ansio como cosa propia.
Le doy a v[uestra] m[erced] gracias de la continuación del buen concepto que le meresco y de que procura hacerme quedar airoso en los negociados de esta administración de mi cargo, lo que igualmente agradesco al yll[ustrísi]mo s[eño]r director. Crea v. que esto me anima y q[u]e otram[en]te me allo muy agoviado en d[ic]ha admin[istraci]ón por no poderla hacer reddituar acasso de que, suprimidos los diezmos y otros d[e]r[ech]os, solo quedan algunos edificios infructíferos, los molinos hariner[o]s y aceiteros, que reditúan poquedad, las hierbas de pasto, censos y algunas prestac[ione]s disputadas, habiendo de sostener continuar reperta y pleitos por ser cosas procedentes de señoríos y q[u]e, en la actual revolución, a los que las cuidamos y defendemos, así los particulares como las autoridades del día y los tribunales, nos miran como a cismáticos, nos desatienden y varias veces insultan. De otra parte, por los disgustos pasados y edad ya adelantada, estoy débil de salud padeciendo cansancio de vista y vaídos de cabeza y abrumam[ien]to de tener siete hijos, todos aún menores que me necesitan.
A motivo de d[ic]has cosas, solicité la renuncia de la adm[inistraci]ón en estos pasados años 1837, 38 y 39, porque me cansa con poco provecho y no he insistido, conteniéndome la veneración que debo a su ex[elentísim]a, el agradecim[ien]to, las atenciones que merezco a vv. y que es tiempo de transición y que en las circunstancias, aunque yo no puedo o no sé areglar bien d[ic]has rentas, tampoco sería fácil que otro las beneficiase mejor.
Me recuerda v. los créditos de que estamos en cuenta de particular entre mí y v[uestra] m[erced], pidiéndome le remese los recibos p[ar]a formalisarme un docum[en]to de cuánto resulte. Solo puede decir que le envié dos mil r[eale]s en en[er]o de 1824, otros dos mil en abril de 1825, mil en agosto de 1826 y mil en feb[rer]o de 1828. Suman 6.000 r[eale]s. De estos, le condoné 2.000 r[eale]s (q[ue] también lo enviado posteriormente hasta el año 1838) y quedan de crédito solo 4.000 r[eale]s de v[ell]ón a mi favor, de que no tengo recibos, sino las contestac[ione]s de v[uestra] m[erced] que, aun son ambiguas, más mejor puede comprobarlo con mis cartas, si las guarda, y no necesito que me envíe v[uestra] m[erced] docum[en]to, pues favoreciéndome su amistad, esperaré la solvencia cuando le venga bien o querramos ponernos corr[iente]s, así que, aunque no estar[é] sobrado, tampoco debe dar la congoja dicho asunto, siendo cosa de entre amigos y que siempre me acredita v[uestra] m[erceced] atenciones.
Deseo goze mucha salud y tranquilidad (cual acá también querríamos mejor) y que se conserve m[ucho]s a[ño]s reproduciéndosse a la disposición de v. muy agradecido, atento amigo y humilde seguro serv[ido]r q[ue] b[esa] s[us] m[anos].
Ramon M[arí]a Jover