Huesca, 30 setiembre octubre de 1842
Carísimos y amados padres: con muy grandes trabajos e imponderables incomodidades, hemos llegado sanos y buenos (a D[ios] g[racias]) a esta de Huesca, al cual pueblo le nombran ciudad, mas me parece no se le merece tal título según su perspectiva.
De los cuatro días que hemos pasado en el viage, los dos y medios los hemos pasado con la lluvia a·cuestas, la cual ha empeorado y puesto de un modo intransitable los malos caminos que cruzan por Aragón. Sin el menor cuidado de equivocarme, me atrevería a decir que el menor mesón de Cataluña es mejor (por lo general) que algún otro bueno de Aragón, pues desde [Al]masellas hemos tenido que hacer de rancheros todos los días. Hoy por poco que podamos miraremos por una casa que tanto nos importa, a·pesar de que en este hostal, algo mejor que los que hemos tenido la desdicha de pasar, nos hemos escluido de rancheros con tal que nos merquemos lo menester para la comida. Muchas son las veces, y algunas las noches, que de muy buena voluntad cambiara la cama a un mozo cualquier de mulas y tanto mala como tal cual pagabamos la cama # si hubiéramos descansado sobre una de las superiores. Nuestros primos Terez se han mareado por el camino hasta forzosos a provocar varias vezes. Ramón, siempre y cuando le venían congoja, se bajava del carro, más Pep provocó sobre las capas de Castellana, Ramón y mía, que nos las ha puesto del todo desgraciadas. Castellana se quiere renovar las vueltas y cuello de la suya, mas yo nosotros me pasaremos del mejor modo que pueda.
La mejor y única diversión en nuestro pasado camino ha sido la media hora o rato que nos estubimos en Lérida el jueves por la mañana (día siguiente de n[uest]ra salida de esa) donde vimos los adelantos con que va mejorándose aquella ciudad, ya en remontar casas como en comercio &a.
Por lo cual celebraría infinito que esta les encontrara con la salud y alegría que deseo, sirviéndose dar mis afectos a mis hermanas y hermanos, amigos &a, mandando lo de su mayor agrado a estos, sus más fieles hijos, que verles y complaserles desean q[ue] s[us] m[anos] b[esan].
Luis de Jover y de Viala