EPICAT

Letter file

De Francesc Torrescasana Puig a Mariano Ros i Coll

Sender
Torrescasana Puig, Francesc
Recipient
Ros i Coll, Mariano
Date
May 14, 1824
Origin
Calaf
Destination
Vic
Language
Spanish
Topic
Pleading
Subjects
army, brothers, domestic service, exceptional contributions, exile, family news, heritage management, house, petition, political facts, regular clerics, revolutions, trip, violence, war
Epistolary
Epistolary of the family Torrescasana
Section
Signature
ANC-420-T-584
Support
Paper
Number of sheets
2
Measures
Folded folio (21 x 30 cm)
Physical characteristics
Copy or draft
Autorship of the file
Natàlia Vilà

Calaf, 14 mayo de 1824

A d[o]n Mariano Ros

Muy s[eñ]or mío y venerado dueño: con motivo de hallarme enlazado mi enlace con la heredera de casa Requesens, a cuya familia pertenecía la tía d[oñ]a Fran[cis]ca Ros, hermana política de v[uestra] s[eñoría], me tomo la libertad de dirigirme a v[uestra] s[eñoría] suplicándole se digne tener en consideración la muerte de mi hermano, a quien la emulación y, tal vez la malignidad, podrían haber pintado con los colores distintos de los que no corresponden a los que tienen el alto honor de vestir la ropa de S[a]n Pedro.

Ello debe de ser así cuando el Tribunal, cosa de quince días atrás, mandó, por medio del r[everen]do dean de Prats de Rey, recogerle las licencias de celebrar, desde cuyo tiempo no ha echo uso de ellas, en grave detrimento de su honor. Ygnoro por cierto las cuáles son los cargos que habrán podido hacérsele, pero, sin ánimo de prevenir a v[uestra] s[eñoría], no repararé en asegurarle que la conciencia no le acusa de haber, en estos últimos tiempos, dado paso alguno contrario al carácter de que se halla revestido.

A v[uestra] s[eñoría] no se le oculta que la revolución plantó por desgracia sus reales en esta villa y que fue preciso, a estos ministros del altar, conducirse con la mayor prudencia si quisieron salvar vidas, contra las cuales más de una vez se había atentado. Mi hermano, a imitación del prior y de la parte más ilustrada de su cabildo, procuró sin envilecer su estado, evitar el compromiso en que se hallaba no solo su persona si que también mi familia y patrimonio y se vio precisado, como los demás de su clase, a haber de presentar amistad obserquiar tributar el debido homenage asta del mismo Roten y·a individuos del egército de Mina, a quienes él y sus como interiorm[en]te detestaban, y aún se valió de ellos de los cuales se valieron profanaron valerse, como es público, para poner en salvo la vida de varios eccl[esiástic]os y paisanos, que, sin su mediación, habrían sido victimas del furor revolucionario.

A no temer molestar la atención de v[uestra] s[eñoría], no repararía en hacerle una darle una noticia estensa de la conducta moral y política que guardó mi hermano durante aquella época de infausta memoria, a la vista del prior de esta ygl[esi]a y con cono_cim[ien]to del s[eñ]or de Marre, entonces en este su obispado, pero, puesto que ella podría parecerle sospechoso y sobrando sobre todo no faltando a v[uestra] s[eñoría] medios para informace con ecsactitud de los comportamientos de la misma, mi obgeto solam[en]te tiene a que v[uestra] s[eñoria] se dig tenga a bien estimar, por su justo valor, el estado precario a que el citado hermano se halla reducido y cuanto este puede reflectir entre el cuerpo a que pertenece sirviéndose con presencia de él o bien disponer que, con la brevedad compatible con sus ocupacionse, se le devuelvan las licencias de celebrar o bien se le facilite la oportunidad para purificarce en el modo lo solicita en el mem[oria]l que adjunto acompaño a v[uestra] s[eñoría] por espreso.

Hallábase d[o]n Juan Ant[oni]o Torrecasana, a fines de junio de 1822, con la mayor pacifiquez en la casa de su padre, cuydando del patrim[oni]o de este y dedicándose a la residencia de su beneficio cuando llegó el r[everen]do Benito Tristany, titulándose comand[an]te de una partida de relistas, al cual, y a algunos capitanes de esta, les obsequió en tales tanta manera que les a los últimos les dio la mesa por espacio de un mes.

Durante este tiempo, entregó al citado Tristany algunas cantidades que este le pidió para el pago de la gente que tenía a sus órdenes y conservó una regular amistad con aquel, asta que impuso a la casa de su padre una nueva contribución de 200 duros con la amenaza que, de no aprontarla dentro hora y media, le pondría a d[o]n Juan Antonio preso y le haría conducir a la Seo de Urgel, de cuya ocurrencia con testigo el vic[ari]o pep[étu]o Puigserrat, el p[res]b[íte]ro Martín Santjust, Armengol Miralpeix y varios otros paisanos y, sobre todo, la esquela que le pasó.

En tal estado procuró sacar un partido y, mediante 4 onzas que le entreguó [sic], logró la libertad en aquella misma tarde. Mas, apenas pasaron algunas horas, se le avisó que Tristany había decretado fusilase sin haber dado el menor motivo se le a# que se había tratado de fusilarle porq[u]e Tristany porque se hallaba recentido de algunos espresiones que d[ic]ho Torrescasana, al tiempo de entregarle le había proferido cuando le entregó las 4 onzas, le había insinuado singularm[en]te le había insinuado a que se gasta a·saber que no estaba decente a los ministros del altar ecsigir contrinbuciones mayorm[en]te, si estas no guardaban la debida proporción. 

Con este aviso, trató de ponerse a salvo y se retiró a Prats de Rey, en casa de Armengol Miralpeix, de donde afortunad[amen]te partió en la madrugada del día siguiente. Digo afortunadam[en]te porq[u]e, aún no se había pasado media hora, cuando comparecieron en Prats de Rey aquella villa algunos con la inten orden de fucilarle, los cuales le persiguieron asta el término de Òdena, según resultará de testigos que declararán si es necesario.

En vista de tanta percecución, se quedó en Ygualada y no regresó a Calaf asta tanto que, habiéndose presentado el gen[era]l Mina a esta villa, su padre le embió para cuidar de las siembras y procurar no se echase a perder la casa, que se hallaba a discreción de criados.

Permaneció algunos días en ella sin hacer papel alguno entre y cuando se creía poder entregarce ecclusivam[en]te a·la recid[enci]a de su beneficio y al cuydado de la casa de su padre, fue llamado por el g[enera]l Roten, quien le dijo que quedaba nombrado capellán castrense int[erin]o de d[ic]ha villa, a cuya propuesta contestó escusándose del modo le fue dable y alegando que no podía ejercer este destino por carecer de licencia de cura y que no podía ir por ellos por la esposición notoria en el viaje. Replicó Roten que él no se entendía de licencias y que ocurriece al yll[ust]re provisor, que ya se las daría, cuya réplica, acompañada de un tono imperioso, le arredró de tal manera, que no tubo valor para porfiar más, temiendo, con fundam[en]to, que, si se negaba a esta orden, se esponía a sufrir igual una suerte igual a la de que algunos eccl[esiástic]os que acababan de llegar presos de la villa de Prats si se le negaba a esta orden.

Entonces, trató de elevar este nombram[ien]to al yll[ustr]e provisor, s[eñ]or de Maure y de pedirle le concediece licencias de cura, pero del mismo recurso consta resulta que lo hizo en tales términos que aquel no podían menos de conocer la intención del sup[lican]te, relativa a que, distante de querer [se le] las tales licencias, daba a entender que se las negase. Es de presumir que el s[eñ]or de Maure se hallaría con iguales temores que Torrescasana, y ací fue que remitió a este, al prior de Calaf, quien se las concedió por el corto término de 6 meses. De modo que, despues, fue preciso ocurrir otra vez al citado provisor para que se las prorrogase, como en efecto se la prorrogó por un año, todo lo que resulta de la copiade la solicitud, cartilla, &c.

Encargado ya de la d[ic]ha capellanía int[erin]a, la decempeñó del modo que era posible en aquellas terribles circunst[ancia]s y, de los certific[ado]s del prior y su bicario perp[étu]o de Calaf, se desprende claram[en]te que se conjugó de manera que en nada desmintió su estado, que hizo bien a cuantos pudo, que no hizo profirió espresión alguna contra la religión y buena moral y que no hizo cosa en perjuicio de tercero, de suerte que hizo un uso haciendo el mejor uso de un empleo que, confiado tal a veras manos, podría habría tal vez sido la desgracia de diferentes personas marcadas por desafectas a la abolida Constitución al odio de los const[ituciona]les, a las cuales el mismo Torrescasana ofreció ocultarles en su misma casa si se atentaba contra su vida o tenían alguna persecución.

Mientras, Torrescasana se conducía en Calaf de la manera d[ic]ha, el p[res]b[íte]ro Tristany iba propalando varias cosas contrarias al honor de aquel y, no contentándose aún con esto, decía públicam[en]te que, al entrar en aquella villa, ase mandaría fusilarle junto con los paisanos Fran[cis]co Gatell y Ant[oni]o Carrer, sugetos de la mejor reputación y en nada adictos al abolido sistema. Así lo prometía en la rect[orí]a de Montmaneu a su ecónomo d[o]n Martin Sanjust.

A pesar de esta fácil Con tales antecedentes, obvio es que no debía Torresca[san]a aguardar ponerse a discreción del citado Tristany y así fue que, a mediados de abril del año último, cuando se volaron las fortificaciones de Calaf, se marcho a Bar[celo]na por consejo del prior de esta billa, quien, sabiendo las intenciones de Tristany, le dijo que de ningún modo le aguardase, por no esponerse a ser víctima de su furor.

Nota
La carta sembla incompleta. El remitent i el destí s\\\'han deduït pel context i el contingut.

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