Tárrega, 13 enero de 1808.
Mi estimado Ramón: las súplicas que de continuo hacía a la alma de mi madre (que en gloria goze) rogasse al Todo_poderoso tocase mi corazón para que pudiesse hacer una buena confessión general y tener un verdadero arrepentim[ien]to de haver tantas y tantas vezes ofendido a aquel Dios de suma bondad y misericordia, ha tenido a bien la divina omnipontencia conceder a aquella alma bienaventurada de que pusiese en execución lo que tanto pedía, por medio de esta santa missión, haviendo el jueves y viernes sido los días en que executé d[ic]ha confessión con un vivo arrepentim[ien]to.
Piensa tú que infitas gracias he de dar a mi Dios y padre y a aquella alma por el grande beneficio que de los dos he recibido.
En esta ocasión, me declaro, de veras, más y más tu cincero amigo, por los infinitos favores me has·echo. Dexa, amigo mío, todas las passiones mundanas, vive siempre unido con Dios, quien nos ha puesto en este mundo por un breve instante y, por este, no querramos perder su dulze compañía allá en el cielo, donde juntos nos podamos ver.
Sup[li]co me perdones de todo quanto te haya ofendido, como también tu ermano.
Si quieres quedarte aquello, si lo han compuesto bien, puedes. Una vez que decías querías comprarte uno, si te gusta, quédatelo, te digo otra vez y no mires contemplaciones, que ya sabes que entre nosotros no se miran estas. Y, como ya sabes, te dixe procurases en sacar algo más, no sea esto motivo de que no te lo quedes, que por tú es otra cosa. En·fin, dispón de él como a proprio.
Pensamos, o por mejor decir, crehemos, que dentro unos tres o quatro meses tendremos algo de nuevo. Dios quiera que baya bien, echando su bendición sobre tan buen fruto.
Recibirás de nuestra parte tantas cosa[s] y manda sin reserva de este, tu amigo y par[ien]te,
Ignacio Cases y López
PD: Ahora llega el bribón de Borrás, que me dice te diga que ahora ya no es bribón, que está compungido de esta·santa missión y te saluda con afecto.